En busca de una vacuna y la "nueva vida" tras el coronavirus
Actualmente, las cuestiones relacionadas con la COVID-19 siguen dominando el panorama social. Aunque ha pasado poco tiempo, en un sentido estrictamente científico, los avances para entender esta enfermedad son muchos. Sin embargo, todavía quedan algunos importantísimos retos, entre los que se cuenta la vacuna contra el SARS-CoV-2.
Actualmente existen casi un centenar de vacunas contra el coronavirus en desarrollo. De estas, solo una decena tienen prevista su aparición en los próximos meses. Desarrollar una vacuna es un proceso lento y laborioso, que requiere de muchos años y millones de euros.
Sin embargo, la ciencia ha acelerado este proceso debido a la pandemia que estamos viviendo. No obstante, no será tan sencillo. Habrá que comprobar la seguridad y efectividad de la vacuna en los años siguientes a su distribución. El virus muta, y los cambios pueden suponer un problema grave para la inmunidad de grupo.
Esto nos lleva al siguiente gran reto científico: ¿cómo será el mundo cuando nos hayamos "acostumbrado" al coronavirus? El SARS-CoV-2 parece haber llegado para quedarse como una enfermedad estacional. Erradicarlo no parece mejor opción que aprender a convivir con él. Y, para eso, habrá que mejorar los sistemas de atención sanitaria, las vacunas de las que hablábamos, los respiradores, los tratamientos de comorbilidades y toda la tecnología sanitaria en general; convirtiendo la "nueva realidad" del coronavirus en uno de los mayores retos del futuro inmediato.
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La vuelta al espacio
Hace unos meses, el ejército de EEUU anunciaba su intención de crear una división dedicada exclusivamente al espacio. No es una coincidencia. No hace mucho, la empresa aeroespacial SpaceX alcanzaba un auténtico hito en la conquista del espacio: la primera misión tripulada privada a la Estación Espacial Internacional. Con este gesto, salir fuera de nuestro pequeño planeta está un poco más cerca para todo el mundo.
En los últimos años se han incrementado los fondos y esfuerzos por lanzar nuevas sondas, satélites, mejorar las misiones tripuladas y ampliar la utilidad de la estación espacial internacional. La carrera espacial se ha vuelto a poner de moda. Y no es para menos. Dos grandes gestas, y retos ya de paso, se presentan en el futuro más inmediato.
La primera es la conquista de Marte. En esta década, casi seguro que veremos partir a los primeros astronautas capaces de alcanzar el planeta rojo. Por otro lado, no hay que irse tan lejos: la Luna también nos espera. Hace ya mucho tiempo desde que alcanzamos su superficie, y nuevos proyectos pretenden crear un reservorio minero, investigador o plataforma de lanzamiento para dar el salto al espacio. Todavía queda trabajo por hacer.
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El cambio climático, nunca olvidado
A pesar del ruido mediático y el interés genuino en numerosos avances, el cambio climático y el calentamiento global nunca han dejado de ser importantes, y todo un reto de futuro. Día tras día surgen nuevas tecnologías destinadas a generar otras formas más eficientes y limpias de obtener energía. También existen cientos de iniciativas cuya intención es mitigar el impacto medioambiental.
Aun así, la cuestión está lejos de ser superada: seguimos viviendo un calentamiento inusual a nivel global. El reto ya no es tratar de mitigarlo, sino adaptarnos a sus consecuencias: eventos meteorológicos más extremos, el avance de enfermedades, la pérdida de biodiversidad y productividad, el acceso al agua...
Para hacerlo habrá que diseñar nuevos materiales, medidas de control de enfermedades, fármacos inéditos, otras formas de adaptación ecológica y un sinfín de medidas científicas y tecnológicas que nos permitan vivir en un mundo que se calienta rápidamente.
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Las enfermedades panresistentes
Otro de los grandes problemas a los que nos enfrentamos es a la evolución de los patógenos. Entre los retos más acuciantes, especialmente en el ámbito sanitario, está el tratamiento de las enfermedades panresistentes. Estas son producidas por microorganismos que, como su nombre indica, lo resisten prácticamente todo.
Para poder superar este reto debemos buscar nuevos antibióticos (familias enteras de ellos) o aproximaciones inéditas para combatir a los patógenos: viroterapia, control, tratamiento genético y otras medidas a cuál más original.
Por otro lado, también será de vital importancia aprender a prevenir y tratar las enfermedades que provocan. Algunas de las cuales se consideraban erradicadas, pero que podrían volver a aparecer como consecuencia del calentamiento climático. Otras, sencillamente, muestran efectos más adversos para la salud.
Prepararse para ellas, frenar su avance y mitigar sus daños son procesos muy complejos que requerirán de toda la capacidad científica de la que disponemos actualmente.
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