Vacuna del coronavirus: así se combate en tiempo récord una pandemia

La reciente aparición del SARS-CoV-2 ha generado muchas dudas, algunas difíciles de responder. Por ejemplo, ¿se puede desarrollar un tratamiento preventivo? Parece ser que sí, que ya existe. Sin embargo, eso no quiere decir que vaya a llegar de inmediato. Aun así, lo hará en un tiempo récord. Veamos por qué.

 

Cómo se hace una vacuna

El funcionamiento de una vacuna es relativamente sencillo de comprender: nuestro sistema inmunitario posee una inusual característica de memoria que le permite recordar a los atacantes. Si en vez de un patógeno, con toda su capacidad infectiva, le presentamos al cuerpo un "señuelo". Entonces, el sistema inmunitario lo registra en "su memoria" para actuar nada más detectarlo, de forma contundente.

 

El funcionamiento de una vacuna es relativamente sencillo de comprender: nuestro sistema inmunitario posee una inusual característica de memoria que le permite recordar a los atacantes

 

Antiguamente se utilizaba al propio microbio, muerto o inutilizado, para crear la vacuna. Hoy en día se emplean lo que se conocen como vacunas de subunidad, en las cuales se elige solo una característica del patógeno, un antígeno, para dirigir la respuesta inmunitaria. Pero claro, para poder hacer esto necesitamos tener ciertos conocimientos previos sobre el mismo.

Una vez identificado el patógeno y su antígeno, se debe probar su funcionamiento. Para ello, primero se hacen una serie de ensayos en laboratorio, seguidos de pruebas con animales. A partir de aquí comienzan lo que se conoce como ensayos clínicos: el siguiente paso es emplear un grupo reducido de voluntarios, la fase I. La fase II aumenta el número de voluntarios y se centra en conocer la dosis efectiva y determinar cualquier tipo de contraindicación.

 

Antiguamente se utilizaba al propio microbio, muerto o inutilizado, para crear la vacuna. Hoy se emplean lo que se conocen como vacunas de subunidad, en las cuales se elige solo una característica del patógeno, un antígeno

 

En la fase III se compara con otros tratamientos similares para determinar si su eficacia es mejor que otros. Si todo va bien, el último paso, tras los ensayos clínicos, consistirá en formalizar el estado legal de la vacuna y llegar a los acuerdos necesarios para su producción y distribución. Todo este proceso puede durar entre 10 y 20 años, y costar decenas de miles de euros. Sin embargo, la vacuna contra el coronavirus se ha desarrollado en apenas unos meses.

 

Desarrollar una vacuna a contrarreloj

Si hacen falta años, ¿por qué hemos conseguido hacer una vacuna tan sumamente rápido? La respuesta es simple: por necesidad. El SARS-CoV-2 presenta una dificultad extra y es que es un virus completamente nuevo. Es decir, no tenemos registros de este coronavirus en concreto. Por tanto, hemos tenido que aprovechar el conocimiento que tenemos sobre otros virus, inclusive otros coronavirus.

Muchos de los procedimientos se han acelerado de una manera increíble debido a las circunstancias, y los ensayos clínicos se han priorizado para poder actuar cuanto antes. Así, tenemos varios laboratorios desarrollando sus propias vacunas contra el virus. Algunos de ellos afirman que estas ya son eficaces para contrarrestarlo.

Para poder hacerlo han necesitado determinar el mapa genético del coronavirus, algo que se hizo durante febrero. Los datos obtenidos de las infecciones y la clínica durante estos meses también han sido de vital relevancia para entender los síntomas. Por último, los laboratorios necesitan muestras del virus.

Con ellas pueden localizar y determinar el antígeno contra el que quieren dirigir la vacuna. Sin embargo, esto no es suficiente: es necesario hacer la prueba para comprobar que, efectivamente, funciona. Por esta misma razón se han acelerado tanto las fases I y II de los ensayos, pasando de años de desarrollo a un par de meses.

 

¿Cuándo estará disponible la vacuna?

Por desgracia, aunque ya exista una vacuna en el laboratorio y probada con un grupo controlado de personas, todavía falta un tiempo para que esta esté disponible. En primer lugar, porque hace falta probarlo en mucha más gente para asegurarnos de que es completamente segura y eficaz.

En segundo lugar, porque hace falta cerrar toda la línea de producción y distribución. No es lo mismo fabricar cientos o miles de vacunas, que millones o miles de millones. Hay que tener en cuenta, además, que el virus puede mutar y hacer una vacuna inservible en apenas unas semanas.

Por todo ello, es importante desarrollarla de manera adecuada y con la menor prisa posible dentro de la urgencia que existe ahora mismo. ¿Esto qué quiere decir? Que probablemente no dispongamos de una vacuna en el servicio sanitario hasta dentro de, como poco, unos cuantos meses.

 

  Lo más probable es que tarde al menos un año en llegar a todas partes, aunque el nivel productivo y tecnológico acelera el proceso muchísimo


Lo más probable es que tarde al menos un año en llegar a todas partes, aunque el nivel productivo y tecnológico acelera el proceso muchísimo. En cualquier caso, un pequeño fallo en toda la cadena podría terminar estropeando el proceso completo, arruinando años de investigación. Por ello, es muy importante tener paciencia en el proceso, a pesar de la gravedad de la situación.

 

Más sobre este tema

Del laboratorio a tu botiquín: ¿cómo se fabrican los medicamentos?

 

Bibliografía

 

Este sitio utiliza cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar su visita y mejorar nuestros servicios. Las cookies no se utilizan para recoger información de carácter personal. Usted puede permitir su uso o rechazarlo, así como cambiar la configuración de cookies en cualquier momento. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Dispone de más información en nuestra Política de Cookies.

  Acepto el uso de cookies de este sitio