No todo es COVID: estos patógenos también acechan a la vuelta de la esquina

El coronavirus (o el SARS-CoV-2, siendo rigurosos) ha acaparado la atención mediática desde que a primeros de año se identificara su existencia. Sin embargo, a pesar de las trágicas cifras que acapara, lo cierto es que no es la única preocupación en el extenso mundo de los patógenos. Existen otras enfermedades que amenazan nuestro futuro, y los expertos en virología y microbiología ya tienen algunos sospechosos en el punto de mira.

 

  • A pesar de las trágicas cifras que acapara, lo cierto es que no es la única preocupación en el extenso mundo de los patógenos

 

El hantavirus

El cambio climático y la globalización están permitiendo la expansión de enfermedades por todo el mundo. Un claro ejemplo de esto lo vemos en el hantavirus que afectó a varias personas en Alemania hace no mucho. Hantaviridae es una familia de virus que agrupa varios virus de ARN, como el coronavirus que provoca la COVID-19. Y, como ocurre con estos, también están asociados a zoonosis, es decir, la contaminación por contacto con animales, aunque en el caso del hantavirus se asocia a roedores.

En los seres humanos, este patógeno, por lo general, produce fiebre hemorrágica con síndrome renal (o FHSR) y síndrome pulmonar por hantavirus (o SPHV), ambas afecciones bastante graves. Hasta la fecha, estos virus no han producido más que unos pocos miles en todo el mundo, una cifra relativamente baja. Sin embargo, debido a su existencia en un vector cosmopolita como es el roedor (ya sea rata, ratón o cualquier otro múrido), así como su alta letalidad, que puede superar el 30%, sitúan a este virus como uno de los más preocupantes en caso de que obtuviese una mutación que facilitase su salto al ser humano.

 

El virus del Nilo Occidental

Procedente del lugar homónimo, y conocido también por sus siglas en inglés como WNV, el virus del Nilo Occidental provoca la fiebre del Nilo Occidental, la cual produce encefalitis en los seres humanos y que ha sido portada de noticias durante este 2020. Como ocurre con otros virus, uno de los vectores principales de este lo encontramos en animales. Esta enfermedad se ha extendido desde 1937 por África, Oriente Medio, Asia Menor y Europa, y muy recientemente por Extremo Oriente y Norteamérica, donde causa importantes mortandades en aves, especialmente en córvidos. El problema, sin embargo, empezará a ser muy grave cuando al virus le dé por saltar a nuestra especie, algo que ya ha ocurrido en varias ocasiones, como veíamos, especialmente si lo hace en una variante más virulenta.

 

La gripe

Parece mentira, pero esta enfermedad, que lleva años con nosotros sigue siendo una de las más peligrosas. Y esto se debe a que, en realidad, está ocasionada no por una, sino por muchas cepas del virus que cambian constantemente. De hecho, ya hemos vivido con alarma, durante las últimas décadas, la aparición de la gripe aviar o la porcina. No hace demasiado, esta última, la denominada G4 EA H1N1, alarmaba de nuevo a los veterinarios y médicos de todo el mundo.

 

  • La sombra de la gripe no se aleja demasiado

 

Según varios de los investigadores encargados de su identificación, esta cepa tiene "todas las características" de estar adaptada para infectar a los humanos. Esto implica la necesidad de realizar una monitorización constante para evitar posibles contagios y un brote masivo que pudiera llevar a una pandemia global. Algo que no hace tanto ocurría con funestas consecuencias. Sí, hablamos de la mal llamada gripe española de principios de siglo XX. Como vemos, la sombra de la gripe no se aleja demasiado.

 

Bacterias superresistentes

Aunque los virus parecen ganar la batalla de "peligrosidad", lo cierto es que las bacterias no se quedan cortas a la hora de provocar inquietud entre los sanitarios. Desde hace ya varios años, el surgimiento de resistencias a antibióticos de amplio espectro, así como muchos otros específicos, está poniendo en un serio aprieto al combate contra patógenos. Como resultado, algunas enfermedades que se pensaban erradicadas están retomando fuerza o resurgiendo aún más peligrosas.

 

  • Aunque los virus parecen ganar la batalla de "peligrosidad", lo cierto es que las bacterias no se quedan cortas a la hora de provocar inquietud entre los sanitarios

 

Esto es especialmente cierto en entornos médicos: las enfermedades nosocomiales son terriblemente peligrosas. Además, el problema no aparece solo dentro del abuso de antibióticos en seres humanos. Su utilización indiscriminada en el mundo animal también está ayudando a la selección de cepas resistentes a las armas que tenemos para combatirlas. Por ello, las bacterias superresistentes son un problema próximo.

Sin embargo, combatir a una bacteria es relativamente más sencillo que a un virus: su distribución, su actuación y su control es más sencillo, en términos generales. La aparición de nuevas medidas de combate: nuevos antibióticos, control por fagos, nuevas dianas terapéuticas... abre nuevas puertas, algunas de las cuales no podrían emplearse, por ejemplo, con un virus que amenazase con protagonizar la siguiente pandemia.

 

Más sobre este tema

Este sitio utiliza cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar su visita y mejorar nuestros servicios. Las cookies no se utilizan para recoger información de carácter personal. Usted puede permitir su uso o rechazarlo, así como cambiar la configuración de cookies en cualquier momento. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Dispone de más información en nuestra Política de Cookies.

  Acepto el uso de cookies de este sitio