Virus o bacteria, la competición por el puesto del más peligroso

Ahí afuera acechan todo tipo de organismos que no podemos ver y que están dispuestos a acabar con nosotros solo por su supervivencia. Pero no hace falta formar parte de los seres vivos para suponer una verdadera amenaza para nuestra salud. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿quién cuenta con las mejores armas para hacernos daños? ¿Los virus o las bacterias? ¿Qué es más peligroso?

 

¿Qué es un virus y qué una bacteria?

Antes de continuar es imprescindible entender cuál es la diferencia entre ambos, ¿verdad? Como, si no, vamos a entenderlos. Existe una diferencia fundamental entre estos dos conceptos: las bacterias forman parte de los seres vivos. Los virus no. Efectivamente, a pesar de su increíble capacidad de actuar, los virus no están vivos, ni tienen voluntad, por decirlo de alguna manera, de hacer lo que hacen.

Los virus no son más que moléculas muy complejas programadas para hacer lo que hacen, y solo eso: reproducirse. Lo hacen no porque quieran, sino porque su forma química y física está diseñada para ello. No pueden hacer otra cosa. Por el contrario, las bacterias sí que están vivas: se reproducen, se alimentan y se relacionan con el medio. Disponen de opciones para enfrentarse a los peligros y reaccionan ante los estímulos.

 

  • Los virus no son más que moléculas muy complejas programadas para hacer lo que hacen, y solo eso: reproducirse

 

A su rudimentaria manera, "deciden" cómo sobrevivir. Los virus no. Por otro lado, mientras que los virus son moléculas más o menos complejas, las bacterias son mucho, mucho más grandes, ya que están compuestas de manera celular (con miles de millones de moléculas). Aun así, para nosotros, las bacterias son minúsculas también. Tanto los virus como las bacterias son pequeñísimas si las comparamos con las células más evolucionadas, las eucariotas, que son las que componen a todos los animales, plantas, hongos y organismos superiores.

 

Los peligrosos microbios

¿Por qué querrían los microorganismos o virus hacernos daño? En realidad, su virulencia solo es una consecuencia de sus limitaciones. Tantos los virus como las bacterias patógenas necesitan de algún componente esencial para poder reproducirse o sobrevivir. En realidad no "quieren" hacernos daño, pero necesitan, por ejemplo, nuestra maquinaria celular para poder reproducirse.

Al secuestrar dicha maquinaria la célula deja de funcionar adecuadamente y muere. El proceso hace que aparezcan más "microbios" que, a su vez, secuestran más células. Este proceso provoca una serie muy compleja de reacciones que nosotros percibimos como un daño, una enfermedad. Desde la reacción para controlar la infección al propio tejido que desaparece como consecuencia de la acción de los virus y las bacterias, el conjunto nos hace sentir dolor, fiebre, malestar o, si esto ocurre en un órgano, cosas aún peores.

Nuestro cuerpo ha evolucionado a lo largo de los milenios para desarrollar un sistema de defensa capaz de identificar y contrarrestar a estos "microbios". Además, este sistema aprende de una infección para que no vuelva a ocurrir. Es lo que conocemos como sistema inmunitario, una de las maravillas más sofisticadas de la evolución. Pero este no es infalible, porque tanto virus como bacterias evolucionan a su vez, para continuar reproduciéndose.

 

Los factores a tener en cuenta son...

Todavía no hemos abordado la pregunta: ¿qué es más peligroso, un virus o una bacteria? La respuesta depende de varios factores: su capacidad infectiva, su virulencia y su capacidad de transmisión. También es importante el hecho de tener, o no, cura, claro, y su letalidad. Por último, aunque no lo vamos a tener en cuenta, depende del grupo de personas a quien afecte.

Volviendo a los factores: la capacidad infectiva de un virus o una bacteria hace referencia a la cantidad de organismos o virus necesarios para producir una infección. 10, 100 o 1000 no son lo mismo. Por ejemplo, algunas cepas de E. coli necesitan solo a 100 individuos para producir una infección, mientras que existen virus cuya capacidad es terrorífica y solo necesitan unos pocos para comenzar la invasión.

 

 La respuesta depende de varios factores: su capacidad infectiva, su virulencia y su capacidad de transmisión. También es importante el hecho de tener, o no, cura, claro, y su letalidad

 

La virulencia hace referencia a la velocidad con la que se extiende la infección. El virus de la gripe es un buen ejemplo de virulencia, ya que es capaz de infectar y extenderse por todo el cuerpo en apenas un par de días. Por otra parte, también se extiende rápido, ya que su capacidad de transmisión es alta porque es por el aire, de persona a persona.

La letalidad indica la capacidad de producir la muerte en las personas. El virus de la gripe es infectivo, virulento y transmisible, pero no es muy letal. Si, además, no se encuentra una cura, la letalidad de virus y bacterias aumenta enormemente. Esto mismo es lo que está pasando con las peligrosas bacterias panresistentes, capaces de resistir nuestra tecnología más puntera en antibióticos.

 

Y el ganador es...

Si tenemos en cuenta la capacidad de expandirse, y su virulencia, además de la alta letalidad, los virus como el ébola son los que resultarían más peligrosos. Este, en particular, cuenta con tratamientos poco efectivos y se expande rápidamente, causando la muerte de muchos de los afectados.

Es cierto que las enfermedades nosocomiales, asociadas a los hospitales, y multirresistentes, son un problema importante ya que provocan infecciones persistentes y sin cura, pero están más localizadas y no son tan fácilmente transmisibles.

 

Los virus van ganando esta terrible batalla por ser los más peligrosos

 

Por tanto, parece que los virus van ganando esta terrible batalla por ser los más peligrosos. Pero recordemos que los virus no están vivos. Por tanto, ganar la medalla de más o menos peligrosos, poco les importará cuando sean lo único que quede sobre la superficie de la Tierra.

 

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