El Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo-UA CISC perteneciente a la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, ha clausurado sus actividades dentro de las Semanas de la Ciencia y la Innovación en Canarias, cuyo proyecto ha acercado al centro a cerca de 200 jóvenes y más de 2.250 niños de la isla en estos días.
El turismo sostenible para el desarrollo ha sido el tema inspirador de los cafés científicos organizados en el marco de las Semanas de la Ciencia y la Innovación en Canarias 2017, en los que unas 400 personas, entre investigadores y ciudadanos de a pie, han participado activamente y con gran nivel de calidad en sus interpelaciones desentrañando las claves de la sostenibilidad.
Escolares de tercero, cuarto y quinto de Primaria de hasta ocho centros educativos de Lanzarote y, por primera vez de La Graciosa, han participado en las actividades del programa del Planetario Móvil creado por el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas de Gran Canaria del 13 al 22 de noviembre para las SCIC.
La actuación ‘Canarias y 100 ¡ZAS!’ cierra la gira organizada para centros escolares dentro de las Semanas de la Ciencia y la Innovación en Canarias 2017, que ha recorrido las islas de Lanzarote, La Palma, Tenerife y Gran Canaria. El director de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI), Manuel Miranda, asistió a la actuación celebrada en Gran Canaria entre las actividades de las SCIC, una apuesta innovadora de teatro y ciencia que ha conseguido los aplausos de cerca de 3.000 jóvenes espectadores este mes de noviembre en las sesiones memorables para escolares de dichas islas.
Un Café Científico dedicado a conversar sobre la buena química clausura la exposición de homenaje a Antonio González González “El triunfo de la voluntad”, que ha formado parte de esta edición de las SCIC_2017. González es sin duda el científico canario más relevante del siglo pasado; premio Príncipe de Asturias y nominado varias veces para el Nóbel.
Sabemos poco acerca de la ciencia que hay detrás de un alimento tan cotidiano como el vino. Pero resulta que estudiando el vino ha nacido una disciplina científica como la microbiología, y se han establecido leyes como la de la conservación de la masa en química. La investigación científica actual busca el modo de reducir en lo posible la variabilidad de las distintas añadas, o de desentrañar los beneficios que la ingesta moderada de vino produce a la salud del consumidor, al tiempo que se establecen procedimientos moleculares para preservar la autenticidad de las variedades de vid, o se generan nuevos modos de elaboración que minimicen los efectos del cambio climático sobre las características sensoriales del vino.