Resilvestración: recuperando la biodiversidad en Canarias
Que una de las joyas más valiosas de Canarias es su biodiversidad no le pasa desapercibido a nadie. Lo que es más desconocido es que, por su naturaleza insular y por diversas cuestiones biológicas, las islas cuentan con un porcentaje de especies amenazadas con la extinción notablemente alto.
En concreto, hasta el 36,3% de las especies según los datos de 2019 corren gran riesgo de desaparecer para siempre, muy por encima del 25% estimado a nivel global. Es curioso, si no irónico, que su mayor joya sea, también, una de las razones para desvelar el sueño. La pérdida de biodiversidad no es baladí. Como ya hemos contado, su desaparición va seguida de un empeoramiento en la calidad de vida y el avance de enfermedades en todo el sistema, inclusive los seres humanos. ¿Qué podemos hacer para frenar esta cuestión?
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Resilvestración, una estrategia exitosa en Canarias
La resilvestración es una gran conocida de los defensores de los ecosistemas. Esta técnica consiste en la recuperación de un ecosistema, de la manera más o menos completa, con la reintroducción de las especies autóctonas desaparecidas en el lugar. Esto no es sencillo. En primer lugar, hay que estudiar detenidamente las relaciones entre especies, la cadena trófica y el contexto total del bioma. En otras palabras, hay que conocer al dedillo cómo funciona un ecosistema y sus integrantes, desde los animales más grandes a los insectos más pequeños o los microorganismos que pasan más desapercibidos.
Cuanto menor es el impacto, más fácil es hacer este análisis y, también, recuperar el estado del ecosistema: no es lo mismo reintroducir un par de especies que recuperar un ecosistema casi desde cero (lo que resulta muy complicado). El siguiente paso consiste en tomar una serie de ejemplares en cautividad o procedentes de otro ecosistema. Estos han de pasar por un periodo de adaptación en el que los expertos se aseguran que a nivel de salud, las enfermedades y la capacidad de adaptación están en unos niveles óptimos.
Tras un tiempo prudencial, los individuos se liberan en el entorno y se lleva un seguimiento más o menos detallado para asegurar el éxito reproductivo y la adaptación. Con el tiempo, estos individuos se integrarán en el ecosistema, de nuevo, cambiando la forma que tienen las especies de relacionarse entre sí y, con el tiempo, recuperando los valores de biodiversidad.
En Canarias ya hay varios ejemplos exitosos
Uno de los ecosistemas más emblemáticos de Canarias es la laurisilva. Este bosque se extendía durante el período terciario, hace más de 20 millones de años, por una amplia zona de la cuenca del Mediterráneo. Posteriormente, las glaciaciones que tuvieron lugar a finales de dicho período y durante buena parte del cuaternario fueron desplazando la laurisilva hacia regiones más templadas del sur, donde las condiciones eran más propicias para su supervivencia, asentándose de este modo en el norte de África y en los archipiélagos macaronésicos.
En las últimas décadas, sin embargo, estos hábitats han ido desapareciendo presas de la presión antrópica. Como respuesta, el Gobierno de Canarias ha hecho un gran esfuerzo en recuperar algunos de estos bosques.La técnica principal ha consistido en la resilvestración: tomando ejemplares de jardines y otros bosques se ha ido recuperando en algunos puntos en el que el ecosistema estaba muy degradado. Todavía quedan muchos puntos por revitalizar, pero el esfuerzo está dando sus frutos.
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Otro ejemplo notable es el de la paloma rabiche, una especie endémica de la laurisilva canaria y que había desaparecido de muchas islas debido, precisamente, a la pérdida de este tipo de bosque. La resilvestración de poblaciones en cautividad y otras procedentes de otras islas ha permitido su recuperación en Gran Canaria, por ejemplo, demostrando el valor que tiene la técnica a la hora de devolverle su biodiversidad a Canarias.
La resilvestración por sí sola no es suficiente
No obstante, la resilvestración no es suficiente en algunas ocasiones. Esto es especialmente cierto cuando nos encontramos con una gran presión por parte de especies invasoras. Canarias, por desgracia, se ha visto sometida a una gran presión por parte de todo tipo de especies invasoras: desde el gato a los muflones y arruís, pasando por un sinfín de especies vegetales que compiten de forma muy agresiva con los delicados y valiosos endemismos de las islas.
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Por tanto, a veces no es suficiente con la resilvestración. O, dicho de otro modo, un plan de resilvestración debe contemplar un plan de contención de especies exóticas invasoras. Estas suelen aprovechar el nicho ecológico que han dejado los endemismos desaparecidos por lo que es imprescindible controlarlas, y a veces erradicarlas, para permitir la recuperación del ecosistema.
Esto implica decisiones drásticas y poco populares, pero necesarias. Algunas de las especies exóticas son terriblemente destructivas. Los individuos altamente especializados en los ecosistemas canarios poco pueden hacer para competir con estas, mucho mejor adaptadas a todo tipo de situaciones y, sin una pequeña ayuda, la resilvestración no podrá cumplir con su cometido: recuperar la biodiversidad de Canarias.
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