¿Por qué es importante la biodiversidad?

La palabra biodiversidad es una de las más valiosas en nuestro acervo cultural y natural. Esto es especialmente verdad en las islas, un espacio donde la biodiversidad disfruta de una riqueza inusual y única. Sin embargo, ¿por qué es importante? ¿Qué tiene de especial el que un paisaje sea rico en este concepto?

 

Biodiversidad significa riqueza

Llamamos biodiversidad o diversidad biológica a la amplia variedad de seres vivos sobre la Tierra y los patrones naturales que la conforman. Esta es resultado de miles de millones de años de evolución, según procesos naturales, pero también debido a la influencia del ser humano. Según el Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica, este término comprende igualmente a la variedad de ecosistemas y a las diferencias genéticas dentro de cada especie. Como resultado, la biodiversidad se expresa en la increíble combinación de múltiples formas de vida, y cuyas mutuas interacciones con el resto del entorno fundamentan el sustento de la vida sobre el mundo.

 

 

El término fue utilizado como contracción de la expresión biological diversity por primera vez en octubre de 1986, como título de una conferencia sobre el tema, durante la celebración del National Forum on BioDiversity, convocada por Walter G. Rosen, a quien se le atribuye la idea de la palabra. Este concepto, como podemos imaginar, puede resultar poco concreto, en ocasiones.

Sin embargo, los biólogos tratan de concretar su uso, y hasta su medición. A nivel técnico, en el campo de la biología, la biodiversidad se refiere concretamente al número de poblaciones de organismos y especies distintas. Para los ecólogos, este concepto incluye la diversidad de interacciones constantes entre las especies y su ecosistema (también llamado biotopo).

Desde este punto de vista, podemos distinguir tres niveles de biodiversidad: la genética o diversidad intraespecífica, que habla de la variación existente en cada especie; la específica, que se refiere a la diversidad de especies que comparten el ecosistema; y la ecosistémica, que describe la diversidad de las comunidades biológicas, o biocenosis, cuya suma constituye la biosfera.

En definitiva, independientemente del nivel del que hablemos, la palabra biodiversidad está directamente ligada a la riqueza. Pero no a cualquier tipo de riqueza, sino a la riqueza de vida, desde el punto de vista más pequeño, los genes, hasta el más grande, las comunidades biológicas que forman el mundo en el que vivimos.

 

¿Cómo se mide la riqueza de la biodiversidad?

No vamos a entrar en una clase de ecología. Baste decir que existen numerosos indicadores y fórmulas que los ecólogos emplean para medir la calidad de la biodiversidad. De lo que queremos hablar es, en términos generales, de cómo se mide. Para ello se emplean valores como la riqueza, la variabilidad, la abundancia o la diferenciación. Entre todos estos, el propio valor de la riqueza es, ya de por sí, un interesante indicativo.

Para medir todos estos valores, los ecólogos toman muestras de los ecosistemas, a nivel genético, contando especies, o mediante otros análisis. Tras esto, aplican alguno de los modelos ecológicos utilizados para medir la biodiversidad. Esto proporciona un valor determinado, según el modelo escogido. Estos valores permiten a los ecólogos determinar el "estado de salud" de un ecosistema, y prevenir el impacto generado.

 

Gracias a estos modelos, la biología puede proponer soluciones mediante el acercamiento científico, basado en evidencias y modelos más o menos adecuados. Estos modelos teóricos se contrastan con ejemplos concretos que permiten corregirlos o corroborar lo bien que representan la realidad. Como decimos, existen decenas, si no cientos, de estos modelos ecológicos para valorar la biodiversidad y su riqueza.

 

¿Por qué nos importa la biodiversidad?

Siempre decimos que la biodiversidad es buena. Ahora, además, podemos decir que los valores de biodiversidad deben ser altos. Pero ¿por qué? Además del componente ético y moral, puesto que en este planeta somos vecinos, y no dueños dictatoriales de la superficie que compartimos, existen otras razones prácticas.

El primer y más conocido beneficio de la biodiversidad es la capacidad de adaptación. Imaginemos un desastre ecológico, como un incendio o una inundación: una comunidad con mayor biodiversidad se recuperará antes, debido a la cantidad de interacciones entre especies, las cuales actúan de forma sinérgica. También permite que una comunidad sea más estable, pudiendo resistir mejor al impacto.

Por el contrario, una comunidad con menos diversidad biológica podría sucumbir, por ejemplo, a la misma enfermedad. Esto también pasa a nivel genético: si todos los individuos de una especie son iguales genéticamente, esta enfermedad tendrá muchas más posibilidades de acabar con todos, mientras que, en una comunidad más diversa, las posibilidades de que algunos sobrevivan y prosperen es mucho mayor.

En este mismo panorama, una mayor biodiversidad supone una mayor calidad de vida para todos los seres vivos que componen el ecosistema. Esto, de nuevo, se debe a la relación entre las especies. Un ejemplo simplista, pero claro: si solo podemos alimentarnos de un huerto de naranjas, nuestra dieta será más pobre que si podemos hacerlo de todo tipo de hortalizas y frutas. El primero es, en biodiversidad, más pobre que el segundo, lo que implica una peor calidad de vida. Esto se aplica a todo: plagas, enfermedades, alimentos, adaptación al medio...

 

 

Lo que nos lleva al siguiente punto. La biodiversidad es el resultado de miles de millones de años de evolución. Desde la llegada del siglo XX, la tasa de extinción se ha incrementado en un 100%. Se estima que, un niño que nazca ahora verá desaparecer en su vida, al menos, a 400 especies. Este fenómeno se ha identificado con la sexta extinción masiva, la más rápida de todas. En poco tiempo, la biodiversidad se ha visto en enorme peligro.

Es importante entender por qué debemos valorar la biodiversidad para hacer algo al respecto. Es imposible que podamos recuperar millones de años de evolución en poco tiempo. Sin embargo, apenas hemos necesitado 100 para destruir una cantidad terrorífica de este valor natural. Si no ponemos remedio, de forma inmediata, nos exponemos a consecuencias imprevistas, pero ninguna buena. Es importante valorar adecuadamente el valor de la biodiversidad, aprender a amarla y cuidar adecuadamente de ella.

 

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