Como ocurre con casi cualquier tema relacionado con la nutrición, la cafeína ha estado en el punto de mira de las autoridades.

Imagen: Café. Fuente: Wikimedia
 
Como producto alimenticio con efectos claros en nuestra biología, no es de extrañar. Así, hace un tiempo la cafeína era una sustancia "cogida con pinzas", que había que usar con cierta delicadeza. ¿Ha cambiado nuestra concepción? ¿Por qué?
 
La cafeína ya no es el patito feo

Sin embargo, no existe ninguna evidencia científica que avale los efectos negativos relacionados con el cáncer, las arritmias cardíacas y otros problemas de la cafeína.

 
Algunos de los efectos negativos atribuidos a la cafeína en los niños son la descalcificación, la reducción del crecimiento o el desajuste metabólico. Por estas razones, hace décadas que se desaconseja el consumo de esta sustancia en menores. También se le han colgado a la cafeína efectos negativos relacionados con el cáncer, las arritmias cardíacas y otros problemas. Sin embargo, no existe ninguna evidencia científica que avale dichas acusaciones. A medida que aumenta la información disponible en nuestro acervo científico, más sabemos sobre la interacción de esta sustancia con nuestro cuerpo.
 
 
La cafeína en dosis normales no ha mostrado ningún tipo de perjuicio en su consumo. Esto, por supuesto, siempre que no tengamos una alergia a la cafeína o algún problema médico diagnosticado. Esto también ocurre con el té, cuyo contenido en teína es similar al de la cafeína en el café y, además, estas dos sustancias son en realidad el mismo compuesto. La determinación de no consumir fácilmente la cafeína se debe, básicamente, al principio de precaución. Pero con el tiempo, este principio ha dado paso a la evidencia que muestra que no hay peligro, a priori, de consumir cafeína.
 
Estos son los beneficios del café
Tenemos claro que no existen los perjuicios que una vez alarmaron a los consumidores. ¿Pero existen beneficios? Pues resulta que sí. Las últimas investigaciones así lo indican. Beneficios como la capacidad de reducir el riesgo de padecer diabetes (tipo 2), proteger ante trastornos cognitivos leves o cierta protección contra el cáncer de mama y endometrio. Y no solo esto, existen diversos efectos que se relacionan directa o indirectamente con mayores expectativas de vida, así como un aumento sensible de su calidad.
 
Pero pensemos en efectos prácticos. La cafeína ha presentado una fuerte evidencia científica en un tema muy concreto: el deporte. Los estudios más intensos de los efectos de la cafeína en nuestro cuerpo son aquellos relacionados con la actividad física. Esta sustancia es capaz de ayudarnos en el rendimiento físico. De ahí que el interés médico y práctico esté tan centrado en este estimulante natural.
Taza de café. Fuente:  Pixabay
 

Tres son los metabolitos en los que se divide la cafeína en el hígado, paraxantina, teofilina y teobromina.

En concreto, la cafeína consigue una mejora del trabajo deportivo mediante una combinación compleja de mecanismos fisiológicos. Tres son los metabolitos en los que se divide la cafeína en el hígado, paraxantina, teofilina y teobromina.
 
Cada uno de ellos afecta a diversas rutas que procesan nuevos metabolitos en distintas partes del cuerpo. Entre ellas se encuentran el músculo y el sistema nervioso. La cafeína tiene un efecto directo sobre el músculo esquelético, aunque lo cierto es que las últimas evidencias apuntan a que este efecto es mucho menor que el que podría producir el propio sistema nervioso estimulado sobre el músculo. Esto se traduce en que el efecto provendría del apartado consciente y no tanto del agregado muscular inconsciente. En definitiva, todo apunta a que la cafeína es beneficiosa sobre todo en periodos de ejercitación alargada en el tiempo, intensa, pero intermitente. Los deportistas podrían beneficiarse de sus efectos tomando cafeína hasta una hora antes del ejercicio físico. Pero cuidado, no es oro todo lo que reluce.
 
¿Cuánta cafeína puede matarte?
 

Estos datos se estiman a partir de modelos animales, por lo que no sabemos realmente el peligro real de la dosis.

Como ocurre con todas las sustancias conocidas, el veneno está en la dosis. En el caso de la cafeína, en concreto, la dosis semiletal o DL50, es decir la cifra que determina la muerte por sobredosis de cafeína en el 50% de los casos, es de 11,25 gramos para un adulto de 75 kilogramos. Estos datos se estiman a partir de modelos animales, por lo que no sabemos realmente el peligro real de la dosis. Lo que sí sabemos es que entre los 300 y los 500 miligramos de cafeína ingerida se suele producir una intoxicación aguda,  aunque esto depende enormemente de la tolerancia, el peso y otros factores de la salud de la persona.
 

Una intoxicación aguda puede producir nerviosismo, sobre-estimulación, insomnio y puede que algún trastorno gastrointestinal. Existen unos pocos casos documentados de sobredosis producida por la cafeína. Y estos se debieron principalmente al uso de pastillas de cafeína, píldoras con alta concentración de esta sustancia que no son usadas comúnmente. Para poder alcanzar una sobredosis letal bebiendo café deberíamos tomar unas 147 tazas en menos de dos horas, cosa que resulta bastante poco probable. ¿Eso quiere decir que la cafeína no tiene efectos nocivos? Para una persona sana consumir entre una y cuatro tazas de café al día es totalmente seguro. Incluso beneficioso dependiendo del prisma desde donde se mire.
 
 
Píldoras de cafeína. Fuente: Wikimedia.
 
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