Leche de camella, una innovación con sabor canario
La leche de camella es un recurso extremadamente preciado en algunos puntos del planeta donde acceder al agua y otros alimentos es casi imposible. Pero no solo en estos, ya que las propiedades nutricionales de este alimento son extraordinarias.
Tanto es así que, en Canarias, una tierra en la que el camello tiene una historia particular, está floreciendo una interesante iniciativa que aúna la ciencia relacionada con estos animales y la nutrición en un proyecto pionero.
¿Qué hace falta para vender leche de camella?
Poner un alimento en el mercado no es una tarea sencilla. Tienes que encontrar la demanda del producto, la forma de producirlo, transportarlo y venderlo. Además, entre todos estos entresijos, existen docenas de cuestiones legales con las que lidiar. A todo esto se enfrenta un pequeño productor de Uga, Yaiza, en Lanzarote.
Este joven está empeñado en ser un pionero en la venta de un novedoso producto: la leche de camella. Canarias, de hecho, es bastante prolífica en la producción de camélidos, habiendo exportado cientos de dromedarios y camellos a otras partes del mundo a lo largo de las últimas décadas. Solucionado el primer punto, el de la fuente de materia prima, el siguiente consiste en resolver la propia producción.
En concreto el ordeño resulta muy costoso. Requiere de paciencia, tanto por parte del ganadero como de la camella, cuya preparación hasta que logra acostumbrarse al ordeñado puede durar meses. Al comienzo, la cantidad de producto por animal no supera los 6 litros al día, pero puede llegar a los 10 con más tiempo.
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Según los estudios de mercado, hay países en los que la producción puede alcanzar hasta los 20 litros diarios. El precio de este producto ronda los 26 euros, frente al euro de la leche de vaca, por lo que para poder arrancar, como pequeño negocio, hacen falta unos 30 a 50 litros por día, es decir, unos 26 ejemplares, según este productor. A partir de aquí, el desarrollo tecnológico necesario para ir aumentando la producción pasa por tecnificar todo el proceso, lo que supone una auténtica innovación tecnológica del sector.
¿Qué tiene de especial este alimento?
En muchos países del continente africano o de Asia, la leche de camella es un alimento relativamente común y muy nutritivo. Según los meta análisis nutricionales, su contenido es superior en calidad al de otras leches, como la de vaca.
Esto incluye un mayor contenido en proteína biodisponible, materia grasa y menor contenido en lactosa. La lactosa, aunque es uno de los componentes más obvios de la leche, puede producir problemas digestivos en adultos a medida que se pierde la capacidad de metabolizarla.
Varios estudios apuntan a que la leche de camello puede ser un alimento adecuado para luchar contra la diabetes por su composición nutricional. Un estudio publicado en la European Journal of Clinical Nutrition apunta que este alimento puede ejercer un efecto de control en la insulina. Por otro lado, la leche de camella no tiene una proteína típica de la leche de vaca y que nos es totalmente extraña. La betalactoglobulina, que tampoco está presente en la leche materna, puede jugar un papel importante en el desarrollo de enfermedades alérgicas en niños. Además, la de camella tiene componentes positivos en cantidades muy elevadas, como puede ser la lactoferrina o la lisofima.
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De esta manera, nos encontramos ante un producto con un perfil nutricional más interesante que el de la propia leche. Su producción, una vez alcanzada una técnica adecuada,puede resultar muy interesante tanto por su valor nutricional, como sustituto o ingrediente de multitud de productos, como por su valor económico, convirtiéndose en un alimento con interesantes propiedades explotables. De hecho, en algunos países europeos, como Reino Unido, este producto está siendo vendido en algunos supermercados especializados en productos exóticos con bastante éxito.
Canarias, una tierra de camellos
La relación de Canarias con los camellos es larga y extensa. Sin ir más lejos, Fuerteventura cuenta con el complejo zoológico Oasis Park. En él se encuentra la población de camellos más importante de toda Europa. La historia del camello en Canarias se remonta a las fechas de la colonización europea.
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Procedente del continente africano, este animal llegó acompañando a las primeras expediciones desde la cercana costa. La buena adaptación de los camellos a las islas dio lugar a una expansión por todo el archipiélago, aunque su presencia fue mayor en las zonas sur de Gran Canaria y Tenerife así como en todo el territorio insular de Fuerteventura y Lanzarote.
Históricamente, el camello ha servido en Canarias como animal de carga, transportando mercancías y ayudando en el campo. En la actualidad, su uso es principalmente turístico, aunque, como vemos, está adquiriendo relevancia su producción láctea. Aun así, el censo de Camello Canario, más importante en el pasado, ha sufrido una fuerte regresión en el medio rural. En la actualidad se conserva casi exclusivamente en las islas orientales, como cabalgadura en paseos turísticos.
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