Los secretos de las medusas

Los cnidarios son un grupo bastante exitoso, y antiguo, de animales. Las medusas son un estadio de muchos de los miembros de este grupo. A pesar del tiempo que llevan en este mundo, a su alrededor todavía hay numerosos misterios por resolver. Misterios en los que trabajan investigadores de todo el mundo, incluyendo los del grupo EOMAR, de la ULPGC.

 

500 millones de años nos contemplan

Hace unos 500 millones de años, durante el Cámbrico, aparecieron los primeros cnidarios. Estos seres tienen un cuerpo blando y se desplazan por el mar de manera inquietante. Aunque no pueden controlar hacia dónde van si hay corriente, sí que son capaces de dirigir su movimiento.

 

  • Las medusas no pueden controlar hacia dónde van si hay corriente pero, sí que son capaces de dirigir su movimiento hasta cierto punto

 

Estos primitivos animales viven filtrando plancton o cazando peces y pequeños animales marinos gracias a sus cnidocitos. A pesar de lo antiguos que son, se han especializado muchísimo, y son un grupo verdaderamente exitoso. Sin embargo, hay muchas cuestiones, especialmente las relevantes a su metabolismo, que todavía desconocemos.

Entenderlo puede ayudarnos a comprender su papel en los ecosistemas del mundo, así como mejorar su control sin que esto impacte en el medio ambiente. También puede abrir puertas a tratamientos y soluciones biomédicas novedosas relacionadas con la biotecnología azul. ¿Qué misterios nos aguardan en los más de 500 millones de años de evolución de este grupo?

 

Estudiar el metabolismo de cnidarios

Conocer estos detalles es uno de los objetivos de los jóvenes investigadores del grupo EOMAR de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Vanesa Romero y Daniel Bondyale. Estos estudian en el acuario del Loro Parque el complejo metabolismo de las medusas con un modelo muy particular: Pelagia noctiluca.

Esta medusa es una especie de los escifozoos, cuya distribución atlántica y mediterránea le ayuda a formar auténticos enjambres. Puede verse en la costa canaria de forma común, y su naturaleza urticante la hace bastante peligrosa. El análisis de estas medusas ofrecerá información para ayudar a predecir y entender mejor la razón de las explosiones de medusas y sus efectos ecológicos.

Pero, además, sus especiales características pueden esconder sustancias que podrían ayudar a la medicina más puntera. Hablamos de elementos biológicamente muy activos que, bien empleados, podrían suponer un antes y un después en el avance biomédico.

 

Animales difíciles de estudiar... y criar

Estudiar a los cnidarios es una tarea verdaderamente difícil. Ya no solo por su manejo, debido a los cnidocitos urticantes, sino también por su cría. Desarrollar medusas en un acuario artificial es muy complicado por razones desconocidas. Sencillamente, muchas especies de cnidarios no se reproducen en un tanque por mucho que se intente arreglar el medio para que sea igual al natural.

 

  • Los cnidocitos son elementos biológicamente muy activos que, bien empleados, podrían suponer un antes y un después en el avance biomédico

 

De hecho, el Loro Parque es uno de los pocos acuarios que ha conseguido la reproducción exitosa de Pelagia noctiluca, lo que permite obtener una fuente de investigación controlada y fiable. Este hito, tan sencillo pero importante, es el que permite abrir la vía a la investigación con medusas.

Por otro lado, como decíamos, el manejo de las medusas puede ser muy complicado por la misma razón por la que suponen un problema en la naturaleza. Estas carecen de un aguijón duro, visible como el de los insectos, pero tocar sus tentáculos es una manera de recibir un doloroso picotazo. Y sí, picotazo es la palabra adecuada, porque lo que hay en los tentáculos de la medusa es, en realidad, un montón de aguijones de tamaño microscópico.

 

  • Cuando rozamos el tentáculo, el cnidocito se activa y el filamento sale disparado como un microscópico aguijón que se clava en la piel. Estos flagelos inyectan un veneno especial, citotóxico, que destruye las células y puede llegar a ser muy intenso, provocando la conocida sensación de dolor y picor

 

Estos aguijones son células modificadas, conocidas como cnidoblastos, que contienen un orgánulo conocido como cnidocito, el cual consiste en un flagelo modificado con un filamento duro, muchas veces erizado de púas. Cuando rozamos el tentáculo, el cnidocito se activa y el filamento sale disparado como un microscópico aguijón que se clava en la piel. Estos flagelos inyectan un veneno especial, citotóxico que destruye las células y puede llegar a ser muy intenso, provocando la conocida sensación de dolor y picor.

Este estudio sobre el metabolismo de Pelagia noctiluca se lleva a cabo en colaboración con la UPLGC, Loro Parque, y gracias a la financiación de la Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias, a través de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI).

 

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