Iván Pérez Álvarez. Director de la Escuela de Telecomunicación y Electrónica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Drones, sistemas de radio, de procesado de vídeo o de realidad virtual 3D. La investigación se abre paso en los laboratorios de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación y Electrónica de la ULPGC. Proyectos científicos con trascendentes aplicaciones a la vida cotidiana que podremos conocer en las Semanas de la Ciencia y la Innovación impulsadas por la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información. Profesorado y alumnado del centro universitario en colaboración con el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación del Archipiélago, mostrará en las Miniferias de Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura los resultados de este trabajo que pretende “ilusionar a futuros estudiantes” con la apasionante tarea investigadora de las telecomunicaciones.

En estos tiempos no podríamos imaginar un mundo sin telecomunicaciones, sin electrónica…

Sí, efectivamente, es nuestro medio de comunicación. El ser humano necesita comunicarse y lo que ha pasado en el tiempo histórico es que las tecnologías nos permiten comunicarnos más y más. Algunas veces, incluso en exceso (risas). La comunicación es fundamental para que la sociedad desarrolle sus actividades: la economía, las relaciones sociales… Para mí, como profesor de Ingeniería de Telecomunicación, es algo especial lo que puede suponer comunicarte a largas distancias y estar viéndote entre países o continentes con la facilidad que tenemos hoy, algo impensable hace quince años.

¿Qué lugar ocupa Canarias en este entorno de las telecomunicaciones?

Canarias, por su aislamiento, ha sido una sociedad necesitada de la comunicación. Precisamente en estos días hemos conmemorado el cuarenta aniversario de los estudios de Telecomunicación en el Archipiélago y esto no es casualidad. No había tantas Escuelas de Telecomunicación hace cuarenta años en España. ¿Por qué en un territorio tan aislado surgen estos estudios? Por necesidad. Teníamos un sistema de telecomunicación por satélite y antiguamente la televisión se tenía que generar al cien por cien en Canarias porque la distancia con el continente impedía las comunicaciones constantes. Curiosamente, el aislamiento genera la necesidad de comunicarte.

¿Qué puede aportar su Escuela a las Miniferias de la Semanas de la Ciencia y la Innovación organizadas bajo el paraguas de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información? ¿Qué quieren mostrar y compartir?

Queremos compartir especialmente con la gente joven. Queremos que chicos y chicas conozcan lo que hacemos, que vean los sistemas que desarrollamos, cómo construimos a partir de los Institutos del área de Telecomunicaciones, qué cosas nos piden las empresas y que nosotros desarrollamos para que luego se conviertan en un producto en el mercado… Vamos a llevar una serie de sistemas, de demostradores, para que los jóvenes se ilusionen. Una cosa es ver mucho vídeo y otra cosa es ver realidades. Lo que queremos es generar el espíritu de aquella gente que tiene ganas de ser –como nosotros decimos- cacharreros. O sea, la gente a la que le gusta el mundo de hacer cosas que van a ser las realidades del futuro. ¿Cuáles van a ser esas realidades? La imaginación es infinita.

“El mundo de la tecnología casi es como el mundo de la imaginación; el límite lo pones tú”

 

Pónganos algún ejemplo de aplicaciones prácticas de estos sistemas que están desarrollando o están explorando.

Por ejemplo, en los últimos años ha tenido lugar el boom de los drones. Y preguntas, -“¿qué hay ahí? -Una cosa que vuela”. No. Una cosa que vuela, no. Una cosa que vuela y que se comunica. Nosotros estamos desarrollando sistemas de seguimiento para las redes eléctricas, de manera que un dron -él solo- pueda seguir la evolución de una línea a lo largo de centenares de kilómetros para saber si hay desperfectos o detectar un problema, todo de forma automática. Para que eso funcione, se necesita una cantidad de conectividad impresionante, pero también se necesita inteligencia, visión, que las cámaras identifiquen lo que está pasando en los cables, si hay rotura… El mundo de la tecnología casi es como el mundo de la imaginación: lo que tú consideres que puedes crear; el límite lo pones tú.

Esta Escuela con solera que usted dirige, ¿qué interés despierta entre la gente joven?

Este es el gran problema que tienen las Ingenierías en general. Las tecnologías son atractivas, pero el hecho de trabajarlas no lo es tanto. El uso es atractivo, pero el conocimiento o saber cómo se hacen ya no es tan atractivo. Por eso vamos a las Miniferias, para hacer llegar ese espíritu a los jóvenes y que vean que sí se pueden hacer las cosas y que se saben hacer. Lo que sí es importante saber es que la persona que se mete en el mundo de la Ingeniería de Telecomunicaciones abarca el mundo, no se queda en un territorio limitado. Es una persona que puede moverse en el mundo con total libertad, que es lo que le pasa a nuestro alumnado, el 50% se va a Europa. Pero no se van solos porque quieren, sino porque los demandan las empresas. Algo que en cierta medida puede no gustarnos mucho, pero lo interesante es que se vayan y que vuelvan. A mí me gustaría que la gente de Canarias que tiene experiencia en el exterior, pueda volver a las islas porque aquí la vida es agradable y el conocimiento se puede generar sin problema. Las grandes industrias están en los territorios continentales, pero el conocimiento está en cualquier parte del mundo.

¿Sigue siendo Telecomunicaciones una opción más de chicos que de chicas?

Curiosamente, en los primeros cursos la situación es bastante equilibrada, pero a medida que avanzan hay menos presencia de mujeres. Aunque desde los años 90 en los que yo estudié, el crecimiento del número de chicas es lento pero se mantiene. Es una cuestión social y poquito a poco de forma natural tiene que ir llegando ese equilibrio. Lo que sí digo por adelantado es que las chicas son las que sacan más nota, esto es bastante sistemático. Son más dedicadas, están más puestas en el tema, se esfuerzan más… Hace poco, una compañera que ha terminado el máster conmigo, se ha ido a Noruega para hacer una tesis y en los países extranjeros se paga muy bien este trabajo.

Hemos buceado en la web de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación y Electrónica de la ULPGC y en su equipo directivo hemos encontrado más mujeres que hombres…

Sí, efectivamente. Llevo dos meses dirigiendo la Escuela y bueno, vas buscando un conjunto de personas que en cierta medida cuadren con tu filosofía, con tu forma de trabajar y entre ellas estaban estas tres mujeres [Sofía Martín González, Carmen Nieves Ojeda Guerra y Asunción Morales Santana. Completa el equipo directivo, Félix Tobajas Guerrero]. Te puedo decir que el equipo para mí es perfecto.

"Estamos trabajando en el desarrollo del Grado de Ingeniería Biomédica"


¿Qué objetivos se marca para este centro docente?

Primer tema y fundamental, necesitamos llenar la Escuela. Esto significa tener buen alumnado y tener perspectivas de futuro importante. Segundo, vamos a lanzar nuevos Grados, por ejemplo el Grado de Ingeniería Biomédica que está en desarrollo. El área de Salud en Canarias está muy interesado en ello. Y tercero. Ya llevamos siete, ocho años del Plan Bolonia y este Plan necesita una modificación, pues esto también lo queremos hacer. En este año y medio, estos van a ser nuestros grandes retos.

Profesor, ¿cómo van a organizar sus presentaciones en las Miniferias?

Participa el profesorado y el alumnado. El equipo directivo se va a distribuir junto a otros profesores. Y también tenemos alumnos y alumnas que participan en la actividad de la Escuela como becarios. Es bueno que esté el alumnado porque contacta muy bien con los jóvenes, el alumnado está mucho más próximo a sus formas de transmitir las ideas o la ilusión por lo que quieren hacer.

Aunque esas presentaciones no se dirijan exclusivamente a la gente joven…

Por supuesto. A los adultos que se acerquen seguro que les atrae la tecnología en cuanto vean los dispositivos y las demostraciones que vayamos haciendo.

Recordamos las fechas de participación de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación y Electrónica en las Miniferias.

En Gran Canaria, el 7, 8 y 9 de noviembre en el Parque Santa Catalina. En Tenerife, el 14, 15 y 16 de noviembre en el Parque García Sanabria. Y en Fuerteventura, el 22 y 23 de noviembre en el Parque Tecnológico de Fuerteventura.

¿Por qué cree usted que no debemos perdernos estas demostraciones de su Escuela?

Si me dirijo a la gente joven, a la gente que está pensando en ir a la Universidad, diría que si te gusta la tecnología tienes una oportunidad de prepararte un futuro con muchas perspectivas, de poder trabajar donde quieras, en cualquier parte del mundo, en un ámbito muy transversal. Y si me dirijo a las personas que quieren conocer, pues podrán ver qué es lo que se hace en Canarias porque nuestra Escuela tiene una relación inmensa con la industria, también con la industria que está fuera de las islas. Muchas de las cosas que hacemos no las trabajamos porque estemos aburridos, es justo lo contrario. Son peticiones expresas de empresas que quieren resolver problemas y eso se traduce en resultados que nosotros ponemos encima de la mesa. Es atractivo ver qué se hace en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en el área de Telecomunicaciones.

 

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