Lo hemos visto cientos de veces, en películas y series, pero ¿hasta qué punto se puede usar el ADN como herramienta en la escena de un crimen? ¿Es un método infalible? ¿Señala inmediatamente al culpable? ¿Y de dónde se obtiene? Todo esto y más lo tratamos en el tema de hoy.

Por: Santiago Campillo

A día de hoy el ADN es parte del acervo cultural: aparece en la literatura, los videojuegos, las series y películas y hasta en la música. Dentro de las novelas policíacas, el material genético juega un importante papel. Y no es para menos, ya que en la realidad también es una importante herramienta a la hora de resolver crímenes y otros asuntos forenses varios. ¿Cómo se utiliza y para qué?

¿Qué es el ADN y de dónde se saca?

A estas alturas es difícil que no conozcamos lo que es el ADN. El ácido desoxirribonucleico es una molécula muy especial, capaz de guardar una cantidad increíble de información. De hecho, es la responsable de que cada ser vivo sea lo que es, ya que almacena las "instrucciones" para formar a cada ser vivo.

En todo momento estamos desprendiéndonos de nuestras células, procedentes de nuestra piel, por ejemplo, por lo que pueden quedar restos en casi cualquier sitio aunque no hayamos estado allí.

Estas moléculas se encuentran en el núcleo de las células, por lo que se pueden rescatar del medio ambiente siempre que en este hayan sido depositadas las células de una persona. Esto puede parecer algo muy concreto, pero en realidad es mucho más común de lo que parece. De hecho, en todo momento estamos desprendiéndonos de nuestras células, procedentes de nuestra piel, por ejemplo, por lo que pueden quedar restos en casi cualquier sitio aunque no hayamos estado allí.

Aun así, lo que suelen buscar los investigadores cuando tratan de hallar ADN suelen ser restos obviamente biológicos: saliva, pelo, piel u otros fluidos corporales. No obstante, como decíamos, desde que en 1997 Roland van Oorschot demostrara que se puede conseguir ADN de forma más sencilla y eficaz, gracias a las técnicas moleculares más punteras, ahora podemos encontrar esta molécula en muchos más sitios, con tan solo pasar un hisopo estéril (un bastoncillo) y procesar la muestra en un laboratorio.

 

¿Cómo se usa el ADN y qué nos cuenta?

Una vez que llega el hisopo al laboratorio, lo antes posible para que no se estropee la muestra, normalmente se "amplía", técnica que consiste en "cocinar" el ADN con una suerte de sustancias especializadas en copiar una y otra vez la molécula. Cuando ya tenemos copias suficientes (miles de millones), entonces se realiza un perfil genético.

Este consiste en someter la muestra a una prueba que dará como resultado una imagen o unas cifras que permitan su comparación. Para entenderlo lo mejor posible, la gran mayoría de resultados se parecen a los códigos de barras, donde el perfil genético se observa como un patrón concreto formado por las cadenas de ADN, algo único en cada persona.

Si tenemos una muestra de ADN pero no tenemos con qué cotejarla, es decir, compararla, entonces no podremos obtener información alguna.

De esta manera, cotejando el ADN con el de un sospechoso se puede saber si está implicado o no, para lo que solo hace falta obtener una muestra de este y hacerle las mismas pruebas. En algunos países, como Estados Unidos,se registran los perfiles genéticos de los criminales para facilitar una identificación en caso necesario. ¿Pero el ADN señala a una persona en concreto? No funciona de esta manera, puesto que es necesario cotejar la información. Es decir, si tenemos una muestra de ADN pero no tenemos con qué cotejarla, es decir, compararla, entonces no podremos obtener información alguna. Además, como decíamos antes, podría ser que la muestra estuviese contaminada, por lo que podría señalar a una persona que en realidad no ha tenido nada que ver con el crimen, por lo que legalmente no tiene validez como prueba incriminatoria, sino que sirve únicamente como apoyo a la investigación.

Algunos mitos sobre el ADN en criminología

Existen algunas creencias popularizadas de forma cultural sobre el uso del ADN en la escena del crimen. La primera de ellas ya os la hemos contado: de pronto, el investigador de la serie coge una servilleta y sale corriendo al laboratorio "lo tenemos", exclama entrando triunfante por la puerta. Sin embargo esto no es cierto en ningún sentido. El hecho de que se encuentre ADN en una escena del crimen no significa que se pueda encontrar a un culpable por las cuestiones que comentábamos.

Ahora se puede obtener ADN a partir de muestras ínfimas, como las células desprendidas de la piel y arrastradas por el viento, por ejemplo.

Por otro lado, hay un rumor que dice que se puede reconstruir un rostro a partir del material genético. Aunque el ADN contiene toda la información de una persona, es del todo imposible extraerla para conocer qué cara tendrá o cualquier otra característica física visible.

Otro mito curioso: por ponernos guantes o ropa tupida, también dejaremos nuestra huella en un sitio. Las técnicas han avanzado muchísimo desde que comenzó a usarse el ADN en criminología. Ahora se puede obtener ADN a partir de muestras ínfimas (células desprendidas de la piel y arrastradas por el viento, por ejemplo), por lo que es muy difícil no dejar nuestra huella, queramos o no.

 

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