Cuando Charles Piazzi Smyth inició la subida al alto del Guajara jamás imaginó que sus acciones tendrían una repercusión que duraría para siempre en la historia de la astronomía de las Islas y a nivel mundial.

 

 

Charles Piazzi Smyth. Fuente: WikimediaA sus treinta y siete años, durante su luna de miel, el Astrónomo Real de Escocia paseaba por las cumbres del Teide, junto a su esposa. Tras mucho andar se paró un momento y miró detenidamente hacia el cielo. "Aquí, este es un buen lugar", imaginemos que diría. Poco después sus equipos y telescopios estaban listos para cambiar la historia de la astronomía al completo. Especialmente la de la astronomía en las Islas Canarias, que nunca volvió a ser lo mismo. Esta es la historia de Charles Piazzi Smyth y el experimento del astrónomo que lo cambiaría todo.

 

Tocando el cielo

En 1704, Sir Isaac Newton publicó una de las obras más importantes sobre óptica del mundo: Opticks. Importante no solo por las excelentes inferencias sino por las propuestas y formalizaciones que realizó Newton sobre la naturaleza de la luz y su observación. En el libro tercero de esta obra, Sir Isaac expone varias intuiciones. Entre ellas, que no se pueden construir telescopios a los que no afecte la atmósfera y que lo único que se puede hacer es buscar aire más “sereno y tranquilo”; como por ejemplo el que hay encima de las montañas, por encima incluso de las nubes.

Es decir, que cuanto más alto observáramos mejores serían las imágenes. Aquí se encuentra la semilla del trabajo que inspiró a Charles Piazzi Smyth (y a otros antes que él). El germen que lo llevó a Altavista, lugar donde hoy se encuentra el refugio. Antes, pasaría unos días en el alto del Guajara, a 2.715 metros, pero el viento los obligó a subir aún más. A diferencia de sus colegas, Piazzi Smyth consiguió demostrar sin lugar a dudas que las ideas de Newton eran correctas. Para ello, el eminente astrónomo situó su campamento con un telescopio ecuatorial de 1,88m, las tiendas de campaña, otros instrumentos de observación durante el mes de julio de 1856. Sin quererlo, Piazzi había creado ya dos refugios y centros de observación de alta montaña: el de Guajara y el de Altavista.

Los primeros del mundo. Durante 65 días, Charles Piazzi Smyth pudo observar, con una pureza nunca antes conseguida, los cielos. La definición y el brillo de las estrellas, tal y como el admitió en sus propios diarios, era mucho mayor que la conseguida a nivel del mar. Entre los detalles que consiguió observar se encuentran la pequeña división del anillo de Saturno, la superficie de Júpiter y algunas vistas extraordinarias de la Luna. Algo inaudito en aquel entonces. Tras su vuelta, en los informes expuestos ante la Royal Society y el Almirantazgo inglés, Charles Piazzi Smyth instó a la comunidad científica a formar centros de observación permanentes en tan increíbles lugares. Acababa de sellar el destino astronómico de las Islas.

Ciento sesenta años después

Telescopio en la Guajara. 1856. Fuente: CholeandoMás de siglo y medio después de las observaciones de Charles Piazzi Smyth, la Consejería de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento, a través de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Innovación (ACIISI), ha querido darle la oportunidad de revivir esta experiencia a un grupo de estudiantes del Observatorio Real de Edimburgo. Junto a el Regius Professor of Astronomy, cargo que ocupaba 160 años atrás el propio Charles Piazzi Smyth, los estudiantes podrán repetir las mismas observaciones y experimentos que llevaron al astrónomo a asentar algunas de las bases de la astronomía moderna.

Este especial evento tiene lugar desde el pasado 17 de junio y finalizará este viernes 7 de julio. Durante sus jornadas astronómicas, los estudiantes han reproducido algunas de las observaciones realizadas por Piazzi, a partir de las anotaciones de sus diarios e informes. Entre ellas se encuentran algunas de las que mejor demuestran el efecto de la atmósfera en las observaciones astronómicas: la toma de medidas del espectro del Sol, la observación de estrellas dobles, o la medición de la radiación infrarroja de la Luna.

Para ello compararán los datos obtenidos a nivel del mar con los medidos desde el observatorio de Altavista, Izaña o el Valle de Ucanca. De esta manera, rememorando de una forma práctica las experiencias de Charles Piazzi Smyth, los alumnos podrán comprobar con equipamiento moderno, cedido por la Asociación Astronómica Cassiopea, el Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife e instrumentación del Real Observatorio de Edimburgo, lo que explican los libros de teoría en un lugar histórico y único. Una experiencia didáctica única y posible gracias a la importante historia de la astronomía en las Islas Canarias.

 

El legado de las estrellas

"[...] cuando la noche cae y nuestra última visión del Pico permanece aún alta en el cielo, nos preguntamos por cuánto tiempo el mundo ilustrado retrasará la instalación allí de una estación que tanto promete para el mejor avance de la más sublime de las Ciencias". Con estas palabras, Charles Piazzi Smyth describía en sus diarios una despedida melancólica de una de las experiencias que más marcaría su vida. Pero no solo la suya. El trabajo de Piazzi Smith, como podemos comprobar, dejó una huella indeleble en la historia de la ciencia y de las Islas. Un auténtico legado adornado por el brillo prístino de las estrellas.

Observatorio Izaña (Fuente: propia)

 

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