¿Qué puede hacer un perro para combatir el cáncer? El papel canino en la lucha contra esta dramática patología puede ser mucho más importante de lo que creemos.

¿Cómo nos puede ayudar un perro en la lucha diaria contra el cáncer? Aunque la pregunta parece un poco fuera de lugar, lo cierto es que estos animales se están mostrando como un gran aliado contra la lucha oncológica. Teniendo en cuenta lo que sabemos, a la luz de las últimas investigaciones, existen al menos tres aspectos en los que "el mejor amigo del hombre" es capaz de echarnos una mano contra una de las patologías más extendidas y más dramáticas de nuestro tiempo. Vamos a verlo.

 

Detectores de bombas... y de cáncer de próstata

Los perros son famosos por tener uno de los mejores olfatos sobre la faz de la tierra. La corteza olfativa de los perros es predominante, contando con unas 125 o 220 millones de células olfativas muy extendida por todo el cerebro. Esta área es unas 40 veces mayor, proporcionalmente, a la que tenemos los humanos. Por esta razón, los perros son empleados en tareas de rescate, detección de drogas y bombas y rastreo en general. Pero ¿y si fueran capaces de detectar el cáncer? Para poder hacerlo, el cáncer o sus efectos deberían de presentar un olor característico.
 
Y justamente eso es lo que ocurre con el cáncer de próstata. Aunque todavía no se sabe qué componente es, exactamente, un reciente estudio ha demostrado la capacidad que tienen los perros de detectar este tipo de cáncer con un 98% de precisión. Y para ello solo necesitan olfatear la orina de los pacientes. Es un interesante comienzo para explorar y desarrollar nuevas técnicas de diagnóstico menos invasivas, más baratas y más agradables para los pacientes. Y todo gracias al increíble olfato de los perros.
 
Los tumores en los perros se parecen a los nuestros
Un estudio recientemente publicado por el Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) nos da la pista de otra utilidad canina en la lucha contra el cáncer. Y es que los procesos proteínicos que tienen lugar en el cáncer de humanos son bastante similares al de los perros debido a la convivencia en los mismos ambientes y bajo los factores medioambientales similares. Los tumores espontáneos que sufren los perros, explican los autores, son casi idénticos a los humanos. Esto nos permite saber muchas más cosas sobre el cáncer. Por ejemplo qué mecanismos actúan para producirlo, cómo funcionan y cómo de conservados se encuentran en la naturaleza.
En el estudio, el equipo de Alejandro Suárez-Bonnet analizó cómo se expresan tres proteínas implicadas en la aparición del cáncer. En concreto, estas son la famosa FFT, la proteína p53 y la vimentina. Gracias a este estudio comprobaron dos cosas: la primera, que los perros son un buen modelo para el estudio del cáncer urinario. Esto es importante ya que en ciencia necesitamos constantemente modelos nuevos y mejores que nos permitan investigar y estudiar la realidad que nos rodea. 
 
En segundo lugar, el estudio mostró cómo funcionan estas tres proteínas, de una manera casi idéntica a como lo hace en humanos. En el caso del cáncer de vejiga, la FTT, encargada de controlar la división celular, desaparece. Otros resultados explican cómo muta la p53 o el papel de la vimentina en todo el proceso. De esta manera, hemos podido observar desde un punto de vista privilegiado cómo se gesta toda la maquinaria molecular en la célula que dará lugar a un cáncer. Esto nos permitirá utilizar esta información para combatirlo aprovechando sus puntos débiles. Y todo gracias a los perros y su enorme parecido fisiológico con los humanos.
 

El mejor amigo de los niños
Una de las maneras de combatir el cáncer que tienen los perros no es ni detectándolo ni ayudando a descubrir sus mecanismos moleculares. No. Es ofreciendo apoyo a los pacientes que sufren de esta patología. En concreto, los perros pueden ser unos aliados excepcionales en la lucha de los niños de las unidades oncológicas pediátricas. Ningún niño debería padecer el sufrimiento que un cáncer es capaz de ocasionar. Y aunque esto no podemos controlarlo, lo que sí podemos hacer es mejorar al máximo la calidad de vida de los pacientes afectados, reduciendo su dolor, su sufrimiento y dándole el máximo en oportunidades para que se recuperen.
 
Existen numerosísimos estudios que muestran la mejoría perceptible de los niños residentes de un hospital ante la terapia con animales. En concreto, los perros se encuentran entre los animales más utilizados en este tipo de terapias. Esto se debe a que son animales dóciles, muy familiarizados con la vida humana y cuyo mantenimiento es muy sencillo. Especialmente esperanzadores son algunos estudios que muestran cómo los perros (y otros animales) son capaces de disminuir la sensación de dolor y malestar de los pacientes. Por supuesto, la utilidad de los perros para combatir los efectos devastadores de un cáncer no solo se aplica a los niños. Cualquier paciente puede beneficiarse de este tipo de novedosas terapias.
 
Estas son solo algunas de las aplicaciones más visibles, pero en el mundo investigador es sorprendente cómo crecen las relaciones entre los problemas y soluciones cuando menos te lo esperas. Como vemos, los perros no solo cuentan con el título del "mejor amigo del hombre". Podrían contar con el de "aliado en la lucha contra el cáncer" y sería un término bien ganado.
 

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