Las Islas Canarias un punto increíble de encuentro biológico e inigualable geología.

Las Islas son un punto increíble de encuentro biológico. Un auténtico paraíso a los ojos de cualquier amante de la naturaleza o profesional de las ciencias naturales. La excepcional riqueza de la vida marina de las Islas Canarias se debe a una serie de factores geográficos unidos a su inigualable geología. Los volcanes han dado forma al suelo por encima y bajo las aguas. Y aún hoy día siguen moldeándolo sin descanso mientras peces, cetáceos, algas, flores marinas y un sinfín de especies viven a su alrededor, ajenas a estos. Durante las últimas semanas, sin embargo, hemos podido conocer numerosas noticias que afectan directamente a la vida marina de las Islas Canarias. 
 
Entre las más importantes se encuentra el desastre causado por el Oleg Naydenov, el pesquero que se hundía recientemente al sur de Gran Canaria. ¿Qué impacto ha podido tener para el medio este accidente? Dada la importancia de la zona para las especies marinas, la preocupación está más que justificada. No obstante, sin intención de restarle gravedad al asunto, parece que el impacto ecológico causado por el barco ha sido menor de lo que se preveía en el peor de los escenarios. Pero el daño todavía no ha terminado. Es importantísimo seguir monitorizando y tratando el pecio hundido para eliminar los restos de combustible que quedan en él. 
 
Bajo las aguas de Gran Canaria
A casi 2.700 metros bajo el agua la luz prácticamente no llega. Nos encontramos en una zona de oscuridad. Las especies que viven aquí están adaptadas por completo a la falta de luz. De hecho, algunas de ellas son especies de apariencias extrañísimas. Algunas emiten luz que generan ellos mismos, la llamada bioluminiscencia, y que emplean para atraer presas. Ante la presión del agua, sus formas y adaptaciones son muchas. Casi parecen especies sacadas de otro planeta; y en cierto sentido lo son. Pues entre las sombras y rocas colonizadas por algunas medusas se encuentra el hundido Oleg Naydenov. Aunque hasta su parte superior todavía llega la luz, presentando una escena melancólica teñida de azul. Durante los días posteriores al accidente las especies se han ido aglomerando a su alrededor. Al principio, ninguna se atrevería a entrar debido a los olores despedidos por el material calcinado.
 
A estas alturas los primeros peces y anémonas habrán comenzado a aprovechar sus recovecos. Algunas zonas del barco serán inhabitables, por supuesto, pero el tiempo lo trabajará, como a la roca, y lo convertirá en un montón de nuevas oportunidades para la vida. Mientras tanto, otros peligros se esconden dentro del barco. Tres fisuras se encuentran en el casco. El fuel, combustible común en las naves, se guarda en el tanque hasta el cual han penetrado estas fisuras. La presión que ejerce el mar sobre el barco puede provocar que estas fisuras se agranden o incluso que se abran nuevos boquetes. Pero el fuel flota en el agua, a pesar de la compresión. Y al salir se expande contaminando y matando a todo animal que tiene la desgracia de toparse con la nube de combustible.
 
Un poco más arriba montones de especies típicas de la pesca usan esta zona para criar. Son comunes los bancos de peces tales como las sardinas, caballas, jureles o los atunes. Incluso podemos encontrar montones de alevines y larvas de pez, ya que es una zona muy rica en nutrientes. También es una zona de paso de cetáceos como los delfines, cachalotes y toninas; o de todo tipo de tortugas. Todas estas especies aprovechan la vida marina de las Islas Canarias para usarlo como un punto de reabastecimiento en su viaje vital. Además, podemos encontrar numerosos tiburones y aves, animales que se encuentran especialmente amenazadas por el fuel desprendido.
 
La huella del Oleg Naydenov
Todavía es pronto para comprender hasta qué punto afectará el naufragio a la vida marina de las Islas Canarias. Aunque ya hay algunas evidencias de animales afectados, entre los que se encuentran varias aves, un delfín mular y dos tortugas, al menos, será difícil evaluar el impacto entre las especies y bancos de peces. Esto solo se verá en las evaluaciones ecológicas posteriores, tras un tiempo. Por suerte, a pesar de la llegada del escape a varias playas, el impacto ha sido relativamente pequeño. Esto se ha debido a la buena suerte principalmente, y a la presencia del buque de dragados dispuesto a limpiar los primeros restos del escape.
 
Ahora, lo importante es sellar las fisuras descubiertas y drenar el combustible, un trabajo que se hará gracias a un robot subacuático o ROV, por sus siglas en inglés. Debido a la profundidad a la que se encuentra el pecio es imposible que un ser humano realice el trabajo a mano. Por ello hay que organizar un plan de reparación adecuado en el que se pondrán en marcha algunos de los diseños de ingeniería más novedosos y punteros de los que disponemos. Gracias a estos, seremos capaces de bajar hasta la oscuridad del fondo del mar y acabar con un peligro que podría llegar mucho más allá. Y todo con la esperanza de seguir disfrutando de las maravillas de la vida marina de las Islas Canarias durante muchísimo tiempo más.
 
El Oleg Naydenov ardiendo. Fuente: The Guardian
 
 

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