Inmunología: cómo funcionan los test que miden la presencia de un virus

Con la llegada de la pandemia de COVID-19, la sociedad se ha visto obligada a aprender, rápidamente, una cantidad increíble de nuevos conceptos. Entre los que más dudas provocan están los test inmunológicos.

Estas herramientas son vitales para el control de la enfermedad. Sin embargo, por su implicación técnica, a veces, es complicado comprender cómo funcionan y qué implican. Hoy vamos a dar un pequeño repaso a este tipo de exámenes biológicos, que no solo sirven para la detección del SARS-CoV2, sino que se emplean para el control de muchas otras enfermedades.

 

Una pequeña explicación sobre cómo funciona el sistema inmunitario

Nuestro sistema inmunitario es una máquina de ultraprecisión. Ha evolucionado durante milenios gracias a la interacción con patógenos externos. Resumiendo muchísimo, nuestro cuerpo tiene varias medidas de defensa ante los microorganismos, las toxinas y otros agentes potencialmente dañinos. Estas medidas reconocen partículas extrañas y activan al sistema.

Inmediatamente comienza un primer nivel de defensa en el cual el cuerpo ataca a la partícula, ya sea un virus, bacteria o sustancia tóxica. Normalmente, en este proceso se produce la destrucción de la molécula peligrosa. Las células del sistema inmunitario toman una muestra de dicha molécula y la "copian" para que el sistema sea capaz de reconocer al patógeno a la primera la próxima vez que entre en el cuerpo.

 

  • Las células del sistema inmunitario toman una muestra de la molécula patógena y la "copian" para que el sistema sea capaz de reconocer al patógeno a la primera la próxima vez que entre en el cuerpo

 

A esto lo llamamos inmunidad adquirida. En este proceso de detección de posibles peligros participan una serie de moléculas conocidas como anticuerpos. Estos se encargan de pegarse a la partícula extraña y señalarla así como un potencial peligro. Estos anticuerpos también son los que juegan un papel fundamental en la detección de las enfermedades en algunos tipos de test.

Los anticuerpos permanecen en el sistema durante cierto tiempo, lo que también permite reconocer el momento de la infección, aproximadamente, o el estado de la misma. Cuando la infección se propaga antes de que el sistema se haga cargo, entonces, se ponen en marcha otros mecanismos que implican otras reacciones más agresivas (la fiebre, un ataque del sistema inmunitario más específico, la inflamación, etc.). Esto también produce anticuerpos concretos que ayudan a combatir el ataque y, por supuesto, nos ayuda a la detección de la infección.

 

Tres tipos de test inmunológicos

En general, podemos identificar tres tipos de test, no todos propiamente inmunológicos, pero sí que son los más usados: los test por PCR, los serológicos y las pruebas rápidas. Dependiendo de la enfermedad, y su manifestación, se suelen diseñar pruebas diagnósticas inmunológicas específicas y no todas valen en todas las ocasiones. ¿En qué se diferencian?

 

PCR

La prueba de Reacción en Cadena de la Polimerasa, o PCR por sus siglas en inglés, es una de las pruebas más fiables y utilizadas del mundo. Esta consiste en tomar una muestra donde se espera encontrar al virus o bacteria y copiar muchas veces su ADN.

 

  • En general, podemos identificar tres tipos de test, no todos propiamente inmunológicos, pero sí que son los más usados: los test por PCR, los serológicos y las pruebas rápidas

 

Más tarde, este ADN se reconoce en la prueba diagnóstica. ¿Por qué se copia? Porque es la única manera de asegurar su detección. El ADN es un sello específico que demuestra, con muy pocas dudas, de la existencia del patógeno en la muestra.

Esta prueba es lenta, concisa y fiable.Sin embargo, si el virus o bacteria no están presentes en la muestra podría darse negativo, aunque hubiese estado antes. Por otro lado, esto solo sirve para detectar patógenos con ADN (o ARN), por lo que una toxina, por ejemplo, o un veneno, no puede detectarse con esta prueba.

 

Pruebas serológicas por enzimoinmunoanálisis de adsorción

Estas se cuentan entre las más útiles y fiables. Este tipo de pruebas también requieren de tiempo y preparación, y emplean una muestra de suero del paciente. En ella se detectan los anticuerpos, aquellas moléculas encargadas de señalar las partículas extrañas.

 

  • Los test más fiables son los serológicos y los realizados por PCR. Los test rápidos son muy cómodos pero es fácil que den un falso negativo

 

Estos anticuerpos en el suero demuestran, o bien que el patógeno sigue en el cuerpo, o que lo estuvo recientemente. También pueden indicar que la infección fue hace tiempo. Todo esto depende del tipo de anticuerpo que se detecte y la cantidad del mismo.

Estos test están destinados, sobre todo, a saber si un paciente ha estado expuesto o no al patógeno. Es una prueba más sensible, normalmente, que la PCR. Por otro lado, como decíamos, nos da información del momento en el que la persona se ha infectado, pero no da información si el análisis se realiza antes de que prolifere la infección, por lo que podría darse un falso negativo al principio.

Como estos test buscan anticuerpos, en principio, sirven para todo tipo de patógenos, aunque hay que diseñar los anticuerpos específicos para poder detectarlos.

 

Pruebas rápidas

Al igual que los test serológicos, los test rápidos también detectan anticuerpos del virus. Sin embargo, estos lo hacen de manera inmediata y "sencilla". Grosso modo, estos test utilizan unos anticuerpos de los anticuerpos ligados a moléculas de color. Estos segundos anticuerpos solo reaccionan si están los anticuerpos primeros en la muestra, y aparecen en una tira de cartulina impregnada con un color.

Este mismo sistema es el que se emplea en los test de embarazo. Estos test son los más rápidos, necesitando solo de 5 a 10 minutos. Sin embargo, estos test son los menos específicos y más dados al fallo. Tanto si la respuesta inmunitaria es pequeña como si la infección es muy temprana o tardía, los test rápidos pueden dar un falso positivo.

 

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