Tener mascota puede ayudar a reducir las probabilidades de morir

Existen numerosos estudios que han comprobado una cuestión curiosa: tener una mascota, un perro o un gato, es bueno para la salud. Tanto, que reduce las probabilidades de morir, según afirman las correlaciones. Según indican los investigadores, tener un perro ayuda a reducir la cantidad de problemas de corazón. Algo similar ocurre con los gatos, los estudios afirman que ayudan a reducir el estrés y la presión sanguínea, con todo lo que conlleva.

Por supuesto, las correlaciones necesitan de una causalidad para tener sentido. Muchas veces, sobre todo con sistemas biológicos, la relación entre causa y efecto no es clara, pero algunas deducciones sí que se pueden hacer. De esta manera podemos intentar comprender mejor por qué tener una mascota nos puede ayudar a vivir más y mejor.

 

Perros para el corazón, gatos para el estrés

Según los estudios realizados hasta la fecha, tener de mascota a un perro ayuda a sufrir menos problemas de corazón. Esto supone menor incidencia en problemas coronarios y vasculares: arritmias, infartos, trombos y otros problemas graves. Al igual que ocurre con los canes, los gatos también parecen ser buenos para nuestra salud cardiovascular, pero también para el estrés y la depresión.

 

 Según los estudios realizados hasta la fecha, tener de mascota a un perro ayuda a sufrir menos problemas de corazón. Esto supone menor incidencia en problemas coronarios y vasculares: arritmias, infartos, trombos y otros problemas graves.

 

Los estudios muestran que, en igualdad de condiciones, los dueños de gatos tienen menos riesgo de padecer tensión alta y otras manifestaciones cardiovasculares peligrosas para su salud. Parece ser que tener un gato, según los estudios, divide entre tres las probabilidades de tener un ataque al corazón. Esta cuestión, parece ser, está relacionada con el alivio del estrés, el cual se asocia a una peor calidad de vida y un número mayor de problemas e incidencias de salud.

 

Por otro lado, tanto los gatos como los perros se relacionan con una menor incidencia de depresión, así como marcadores más suaves

 

Por otro lado, tanto los gatos como los perros se relacionan con una menor incidencia de depresión, así como marcadores más suaves. Eso quiere decir que tener una mascota parece que ayuda a lidiar con sus efectos. ¿Y cuáles son las razones de ello? Es decir, ¿cómo ayudan las mascotas a reducir las enfermedades y aumentar la salud y calidad? El secreto, probablemente, esté en la forma de vida.

 

Cómo nos cambia la rutina una mascota

En el fondo, lo que de verdad influye en la salud de una persona es el estilo de vida. Este aspecto recoge un compendio de hábitos y costumbres: alimentación, actividad física, percepción psicológica, el entorno emocional... Una mascota, en sí, no es una especie de medicamento mágico que provoca un cambio en nuestra salud.

En todo caso, si nos influye de alguna manera ha de ser en los hábitos. Efectivamente, una mascota puede ayudarnos a ser más activos. Por ejemplo, un perro tiene la exigencia de sacarlo a pasear, jugar con él y atender a sus necesidades. En este caso, la relación entre el aumento de actividad física y el cambio de estilo de vida es claro.

La relación con los gatos no es tan clara, por supuesto. Estos animales no nos hacen mantener una actividad física tan intensa como la que puede conseguir un can. Sin embargo, su papel como reductores del estrés parece apuntar a la relación que existe en esta mejora de la calidad de vida.

 

 

Si optamos por unos hábitos de vida saludables, que incluyan más actividad física, o, incluso, algo de ejercicio moderado diario, una buena alimentación y un buen descanso, una mascota podría potenciar sus beneficios

 

También hay que tener en cuenta que, si bien existe la relación de la que hablábamos, lo cierto es que esta solo reforzará las decisiones que tomemos en nuestra cotidianidad. No cambiará directamente nada. Sin embargo, si optamos por unos hábitos de vida saludables, que incluyan más actividad física, o, incluso, algo de ejercicio moderado diario, una buena alimentación y un buen descanso, una mascota podría potenciar sus beneficios.

 

Correlación, causa y efecto

Dicho lo anterior, hay que tener en cuenta que las causas y las relaciones no son siempre claras. Es decir, estos estudios muestran datos que pueden relacionarse, porque se cumplen, pero no quiere decir que una cosa lleve a la otra. Es decir, no podemos decir que un perro sirva para reducir las probabilidades de sufrir una enfermedad, sino que existe una relación estadística.

Si esa relación tiene una causalidad, por algún mecanismo conocido, entonces sí que podremos afirmar lo primero. En estos casos hemos tratado de señalar una explicación, a la luz de las investigaciones, pero queda claro que todavía faltan más estudios que nos ayuden a comprender cómo nos afectan las mascotas en nuestra vida diaria.

El estilo de vida, lo hemos visto, es el factor principal de mejora en la salud cotidiana. Una mascota puede ayudar a potenciar ese efecto, lo que también reforzaría la causa de la que hablábamos. En cualquier caso, existen miles de razones para mantener a nuestro lado a una mascota, siempre con responsabilidad y cariño, reduzca, o no, nuestra probabilidad de morir.

 

Bibliografía

 

 

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