Desde el IAC se produce divulgación de mucha calidad. Pero pocos ejemplos son tan buenos como el de Coffee Break, un Podcast dedicado a la divulgación científica al estilo de una conversación al borde de una taza de café, entre amigos.

Entrevista a Héctor Socas Navarro, Doctor e investigador en el Instituto Astrofísico de Canarias, además de un gran divulgador cuyo trabajo se refleja en Coffee Break, un podcast semanal realizado desde el IAC de gran rigurosidad y capacidad divulgativa. Héctor, además, cuenta con una prolífica carrera como investigador en física solar y el estudio de otros misterios del espacio, como el desarrollo de un tecnomarcador para la búsqueda de vida extraterrestre.

La astrofísica es uno de los campos más prolíficos para la divulgación. Cientos, si no miles, de divulgadores surgen unidos por un amor a la inquietud que produce el espacio. La ciencia es una herramienta perfecta para escrutar esta disciplina. Los resultados, además, dan pie a algunas de las obras más fascinantes de la divulgación. Uno de los proyectos más interesantes es Coffee Break, que tiene su propio club de fans. ¿A qué se debe tanta atención? El trabajo conciso de su equipo, lo interesante de sus temas, el humor y la forma de divulgar son el núcleo de este podcast. Hemos hablado con Héctor Socas Navarro para que nos cuente cómo lo dirigen.

¿Cómo decide un físico volverse hacia la divulgación científica?

"El proceso es bastante natural. En general todos los investigadores tenemos una cierta carga de este tipo de actividades que, no hay que olvidarlo, son parte también de nuestro trabajo"

Lo primero que nos preguntamos es por qué un científico se siente atraído por la divulgación hasta el punto de encabezar un proyecto que requiere tiempo y esfuerzo. "En el fondo a todos nos gusta hablar de las cosas que nos apasionan", nos explica Héctor. "A los que nos gusta la ciencia, nos gusta hablar de ciencia. Esto se refleja primero en las conversaciones con amigos, los familiares, en las cenas de Navidad que te preguntan por esta o aquella noticia que vieron en el telediario... y, finalmente, si acabas trabajando en temas relacionados con la investigación, es habitual que te inviten a participar en actividades, a ir a colegios, etc.".

Según nos explica el físico, la Unidad de Comunicación y Cultura Científica (UC3) del IAC se esfuerza por establecer vínculos entre investigadores y organizadores de eventos o actividades en las que se pueda facilitar la comunicación de la investigación que se hace en el Astrofísico. "El proceso es bastante natural. En general todos los investigadores tenemos una cierta carga de este tipo de actividades que, no hay que olvidarlo, son parte también de nuestro trabajo".

Para Héctor, el interés y la involucración son componentes esenciales de la divulgación. "Lo que sí es cierto es que, según te guste más o menos hacer este tipo de cosas, acabarán llamándote más o menos y tendrás más o menos involucración". Hablando de este tema, el fruto de la pasión por la divulgación de Héctor lo encontramos en la cristalización de Coffee Break: Señal y Ruido.

Una tertulia sobre ciencia, para todos y en cualquier momento

"En el fondo, es mi forma de entretenimiento favorita", comenta Héctor cuando le preguntamos por el podcast. "Siempre, desde muy jovencito, me sentía muy acompañado escuchando la radio. Me dormía y me despertaba escuchándola, me gustaba dar paseos a solas escuchando a mis voces favoritas en tertulias radiofónicas".

Esta afición, nos contaba, toma un carácter esencial a la hora de viajar: "Cuando me encontré que una parte importante de mi vida la perdía metido dentro de un coche, descubrí que podía hacer algo con ese tiempo y que no fuera totalmente perdido. Podía aprovecharlo, por ejemplo, para informarme de las noticias o, incluso, entretenerme".

Según nos explica el astrofísico, las tertulias reflexivas siempre le han atraído especialmente. "Un día, mientras regresábamos de un viaje de Solarnet, para una de esas actividades de divulgación que organizaba la UC3, venía en el avión escuchando una tertulia sobre baloncesto de la NBA, se me ocurrió que sería bonito tener un programa en que se hablara de las noticias de la ciencia". Esta fue la semilla para comenzar un proyecto muy fructífero.

Sin embargo, un podcast no es una cuestión simple, ¿qué trabajo conlleva realizarlo? "Depende de cómo lo hagas", nos explica. "Algunos programas sí son difíciles de hacer, pero Coffee Break es muy sencillo y, además, lo es por decisión expresa. "Desde el principio asumimos la decisión de que tenía que ser algo fácil de hacer y que no nos llevara mucho tiempo porque queríamos que tuviera una periodicidad semanal y tenía que ser algo que pudiéramos hacer por nuestros propios medios y en nuestro tiempo libre, ya que todos los miembros del equipo nos dedicamos luego a otras actividades profesionales".

De esta manera, nos explica, la idea original es que el podcast sea como una conversación de las de pausa para café. "De ahí el nombre", indica Héctor. "Lo que pasa es que, con el tiempo, se fue alargando y requiriendo más rigor, simplemente por la exigencia de una audiencia cada vez mayor y de más nivel".

"Pero en realidad, esta decisión de aplicar un principio de mínimo trabajo", continúa, "termina siendo la que dicta la filosofía y las señas de identidad del programa". Entre el modo de trabajar, nos explica, está la ausencia de un guion preestablecido, la mínima edición, el grabar todo el programa de tirón, en falso directo y con un formato minimalista. "Al final se trata simple y llanamente de juntar a un grupo de amigos y ponerlos a hablar de sus temas favoritos".

En las tripas de 'Coffee Break: Señal y Ruido'

Adentrándonos un poco más en la divulgación que hacen en Coffee Break, Héctor nos explica cómo se preparan: "Cada semana, los lunes, decidimos quiénes serán los participantes. Tenemos un grupo amplio de colaboradores pero todos son voluntarios que participan cuando pueden y les apetece. Por eso es importante que exista una rotación para que no suponga una carga sobre nadie".

"Durante los dos días siguientes, hasta el miércoles, vamos definiendo los temas a tratar. Esto lo hacemos editando un documento al que todos tenemos acceso". ¿Y qué temas se tratan? "Básicamente, cuando uno ve una noticia que considera interesante la añade al documento con algunas notas o comentarios para los demás participantes. Y eso es todo". El programa se graba el jueves desde el IAC y con las personas cada cual en su propia casa, mediante videoconferencia.

"Lo que ofrecemos en el programa es en realidad a un grupo de amigos hablando de lo que les dé la gana", nos comenta. "El único requisito es que tenga que ver con la ciencia. Básicamente, hacemos lo que nos apetece en cada momento". El objetivo del podcast es pasarlo bien y aprender. "En este sentido no es diferente a cualquier otra conversación entre amigos".

"En algún momento tomamos también la decisión de no obsesionarnos con que el contenido fuera entendible por el gran público", explica el astrofísico al respecto del tono divulgativo. "Decidimos que hacer Coffee Break era algo para nosotros y que nos daba igual si la gente lo entendía o no. En aquel momento pensábamos que esto nos iba a restringir a una audiencia potencial muy pequeña. Sin embargo estábamos equivocadísimos".

La divulgación no tiene por qué ser sencilla para llegar a todas partes

"La ciencia ha ido desterrando esos demonios, llevándolos cada vez más lejos de nosotros y haciéndonos más libres de tomar nuestras propias decisiones y vivir nuestras vidas sin los miedos y complejos con que convivían nuestros antepasados"

Actualmente, Coffee Break cuenta con miles de seguidores tanto en redes sociales como en su canal de YouTube y podcast. "Creo que esta ha sido la mayor sorpresa para nosotros y quizás puede ser un experimento interesante a valorar por el mundo de la divulgación en general. Muchos divulgadores viven permanentemente obsesionados con intentar simplificar los conceptos científicos y hacerlos divertidos hasta el punto de que, muchas veces, por este afán de bajar el nivel, lo que se cuenta no tiene nada que ver con la ciencia que realmente hay detrás".

"La creencia es que, de no ser así, a la gente no le va a interesar", explica el divulgador. "Sin embargo, nuestra experiencia es que, sorprendentemente, existe un público, quizás minoritario pero, desde luego, muy grande, que demanda un producto de nivel más alto, que no solo no se asusta por que le planteen conceptos complejos sino que incluso lo disfruta. Creo que hay diferentes públicos que demandan diferentes productos y quizás, por centrarnos mucho en el mayoritario, hemos dejado un poco de lado al sector más hardcore".

Para Héctor, la divulgación científica es algo fundamental. "La ciencia nos hace libres de una forma muy profunda. En la oscuridad medieval los pueblos vivían atenazados por el miedo. La superstición, la brujería y el fundamentalismo religioso se nutrían de la ignorancia y la credulidad popular para dominar a la población", explica.

"Muchos divulgadores viven permanentemente obsesionados con intentar simplificar los conceptos científicos y hacerlos divertidos hasta el punto de que, muchas veces, por este afán de bajar el nivel, lo que se cuenta no tiene nada que ver con la ciencia que realmente hay detrás"

"La ciencia ha ido desterrando esos demonios, llevándolos cada vez más lejos de nosotros y haciéndonos más libres de tomar nuestras propias decisiones y vivir nuestras vidas sin los miedos y complejos con que convivían nuestros antepasados. Sin embargo, hoy en día en las sociedades desarrolladas estamos asistiendo a una situación peculiar, con un repunte del anticientismo (y el antiintelectualismo en general) al mismo tiempo que las religiones tradicionales están en declive, por lo que las nuevas supersticiones son, en mi opinión, muy peligrosas".

Para el divulgador, las "supersticiones" o "demonios del siglo XXI son los movimientos antivacunas, el negacionismo climático, las medicinas alternativas o los movimiento antitransgénicos, entre otros. "Además de estos movimientos peligrosos hay otros muchos que nos pueden resultar hasta simpáticos por grotescos, como el terraplanismo, las alergias electromagnéticas o conspiranoias varias".

"Estos no dejan de ser síntomas de una realidad preocupante", comenta. "Hoy en día es más importante que nunca que la población tenga una adecuada formación e información para poder desenvolverse en el mundo actual porque, a pesar de los mensajes conspiracionistas, la realidad es que nunca antes el individuo de a pie ha sido más importante con sus decisiones cotidianas".

¿Importante para qué? Según el astrofísico, el valor del voto, la atención o el dinero de cada uno de los miembros de la sociedad es de un valor incalculable. "Y no me refiero únicamente a su voto sino a los productos que compra, la prensa que lee, las webs en que visita... todas esas decisiones de la masa ciudadana son las que modelan el mundo en el que vivimos".

"Si existen estafas como la homeopatía es porque la gente la consume y la demanda. Si existen webs magufas [webs de contenido pseudocientífico] y programas de los mal llamados "de misterio" es porque nos dejamos engañar. Si existen dirigentes políticos xenófobos, populistas o fundamentalistas es porque la gente les vota. Por tanto, hoy es más importante que nunca que la población tenga la capacidad intelectual necesaria para saber qué es lo que le conviene elegir", zanja el divulgador.

 

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Hector Socas Navarro

 
 
 

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