La naturaleza cuenta con fenómenos increíbles. Algunos son complejos y ladinos, pero otros son sencillos de apreciar y fáciles de encontrar. Uno de los más útiles es el importantísimo efecto electromagnético.

Habitualmente tenemos en mente que la corriente que circula por los cables de nuestros hogares y las fuerzas magnéticas de los imanes de nuestra nevera son cosas distintas. ¿Pero cómo te quedarías si te contamos que realmente son dos manifestaciones distintas de lo mismo? Este útil fenómeno es lo que llamamos electromagnetismo o interacción electromagnética. Siendo un efecto tan presente en nuestras vidas, es conveniente conocer un poco mejor algunas de sus increíbles propiedades.
 
Lo invisible al descubierto

Allá por el siglo XIX, Faraday demostró experimentalmente cómo los campos magnéticos son capaces de crear corrientes eléctricas y cómo a las corrientes también se les asocia un campo magnético. Imaginemos una espira, que no es otra cosa que un cable conductor, de metal, por ejemplo, enrollado sobre sí mismo, dejando una hueco en el centro del enrollamiento. Cuando movemos un imán cualquiera por el centro de esta espira, el campo magnético que genera es capaz de inducir una corriente eléctrica que circulará por esa misma espira, que, como hemos dicho, es conductora.
 
Alrededor de todos los cuerpos magnéticos se generan unas líneas de campo (o de fuerza) que se producen de manera natural por las propiedades intrínsecas de estos materiales. Para visualizar este campo magnético, bien podríamos utilizar unas limaduras de hierro que al interactuar con el campo se alinearán de tal manera que sigan la propia forma de las líneas de fuerza. Es muy sencillo realizar el experimento, incluso en casa, con apenas unas limaduras y un imán cualquiera, desvelando la magia de lo invisible.
 
 

Dos caras de la misma moneda
Pero antes mencionábamos que también la energía eléctrica en movimiento tiene un campo magnético asociado. Teniendo en cuenta esto, si al conductor por el que circula la corriente (la espira) le damos muchas vueltas haciendo un bobinado (con una forma similar a la de un muelle), podremos hacer circular mucha más corriente en un espacio menor. Gracias a esto, se consigue aumentar la magnitud del campo magnético que se genera gracias a la corriente eléctrica, de tal forma que la bobina en sí actuará como un imán. A esto, en concreto, es a lo que llamamos electroimán.
 
Este fenómeno de interacción electromagnética es fundamental para el funcionamiento de los generadores eléctricos, los motores o los transformadores, por ejemplo. En estos casos, se juega con dos bobinados que se sitúan uno frente al otro sin entrar en contacto. cuando la corriente eléctrica llega por el primario genera un campo magnético que inducirá a su vez una corriente eléctrica en el secundario. Para generar corriente usamos, como decíamos antes, justo el proceso inverso, induciendo la corriente dentro del bobinado. Ambos fenómenos son manifestaciones del mismo efecto, como dos caras de la misma moneda. Y son fundamentales en la vida moderna.
 
Transformación
Gracias a estos fenómenos se puede transmitir energía sin necesidad de tener conexiones. Para ello aprovechamos los campos magnéticos generados con electricidad para generar movimiento en los motores. Estos movimientos rotacionales son los que transformamos en trabajo mecánico que mueve coches, grúas o cualquier otro aparato. Otra aplicación que tiene es la de aumentar o disminuir la tensión de la energía, y esto se suele utilizar para adaptarla a los distintos niveles de tensión que existen en un sistema eléctrico o, a menor escala, para pasar desde los 220V que llegan a nuestro enchufe hasta la bajísima tensión a la que trabajan nuestros ordenadores.
 
La bobina de Tesla
Una aplicación de este cambio de tensión, o transformación, se puede ver fácilmente en una bobina de Tesla. La bobina de Tesla no es más que un transformador en el que se eleva mucho la tensión. Al tener un circuito eléctrico, llamado "secundario", abierto se generan arcos eléctricos al aire, ya que la tensión eléctrica tiende a "escapar". Para que esto ocurra el campo magnético creado en la bobina por el circuito eléctrico primario induce una unidad de tensión por cada una de las espiras del secundario. Al tener más espiras que el primario, el cómputo global de tensiones del secundario será mayor, generando más tensión.
Esquema de una bobina de Tesla
 
Al llegar esta energía a la punta, el aire que la rodea se ioniza, pasando a ser conductor en cierto sentido, y eso es lo que permite que la corriente eléctrica pase a circular por el aire. Las tormentas eléctricas que ocurren en la naturaleza tienen lugar por la misma razón. Al condensarse el vapor de agua en nubes muy densas se generan también cargas electrostáticas. Las nubes cargadas crean así una diferencia de potencial muy alta respecto a otras nubes o el propio suelo (que está a tensión 0V), y llega un punto en el que se ioniza el aire y permite el paso de una gran cantidad de corriente que llamamos rayo.
 
Como la electricidad siempre va a buscar el camino más corto y cómodo para llegar a la tierra, es más probable que los rayos aterricen en altos árboles, antenas, o cualquier punto alto y conductor. Así que lo mejor para evitar un desafortunado accidente en mitad de un campo yermo es, sin duda, tumbarse en el suelo y disfrutar del espectáculo.
 
 
 
Más Información:
Nikola Tesla
Tensión eléctrica
Bobina de Tesla
 
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