¿Por qué es importante la divulgación científica? ¿Qué formatos de divulgación existen? ¿Cómo podemos llegar al público? Hemos entrevistado a Guido Santos Rosales, Doctor en Ciencias Biomédicas por la Universidad de La Laguna y semifinalista en el famoso concurso de monólogos científicos FameLab.

Por: Santiago Campillo

Entrevista a Guido Santos Rosales, Doctor en Ciencias Biomédicas por la Universidad de La Laguna, Premio Extraordinario de Doctorado en la rama de Ciencias de la Salud y, además, semifinalista en el famoso concurso de monólogos científicos FameLab, organizado en España por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el British Council con la colaboración de la Obra Social ”la Caixa”.

Guido es un joven y prometedor investigador cuya experiencia en el mundo científico tiene una vertiente interesantísima dentro de la divulgación. Guido es de esas personas capaz de hablar de los temas más complejos del mundo de la ciencia con humor, haciendo fácil lo difícil. Así, no solo lucha por encontrar soluciones a problemas de salud importantes de la actualidad, sino que combate contra la ignorancia científica y trata de educar desde el punto de vista más cercano a la sociedad. ¿Qué nos ha contado al respecto?

"Trabajo intentando entender los mecanismos de la neumonía bacteriana"

Como explicábamos, el currículum de Guido es impresionante: además de Doctor en Ciencias Biomédicas, obtuvo la máxima calificación en la tesis y el Premio Extraordinario de Doctorado en la rama de Ciencias de la Salud, entre otros logros. Este camino ha sido largo, pero fructífero. Actualmente, Guido es un investigador del prestigioso Hospital Universitario de Erlangen, cerca de Núremberg, Alemania.

"A mí me gusta presumir de mi ciudad, ya que Erlangen es la ciudad de nacimiento de Emmy Noether", nos cuenta Guido, que no puede dejar la divulgación de lado cuando habla de ciencia. "Aquí trabajo intentando entender los mecanismos de la neumonía bacteriana. Intento dar respuesta a preguntas como '¿qué es lo que hace que una persona sea más susceptible que otra a la neumonía?', '¿Por qué es más frecuente la neumonía tras una gripe?' o '¿Cómo podemos evitar que una persona susceptible padezca la enfermedad?'.

Según nos explica, lo más destacable de su trabajo es el método que utiliza para responder a esta y otras cuestiones. "En lugar de investigar con pacientes, animales o células en cultivo, uso ecuaciones y modelos matemáticos. Es bastante parecido a la forma en que los meteorólogos predicen el tiempo. Yo uso las mismas herramientas para predecir cómo evoluciona la enfermedad en un paciente".

¿Y cómo lo hace? ¿Cómo es el día a día de un investigador como él? "Como el de cualquier investigador" dice entre risas, "me paso el 80% del tiempo leyendo artículos de otros investigadores, asistiendo a reuniones y congresos, respondiendo correos y escribiendo proyectos de investigación para conseguir subvención. Lo normal es que esa actividad la combine con la docencia y la gestión universitaria, lo cual deja muy poco tiempo para dedicar a aquello que la gente tiene en mente que hace un científico".

Me suele gustar más dedicar mi tiempo a resolver preguntas que muy poca gente se ha hecho, porque ahí es donde se encuentran las soluciones más ingeniosas para los problemas de nuestra sociedad.

Para Guido, es ese 20% del tiempo restante lo que termina de matizar, de dar sentido, a su trabajo. "Un investigador biomédico de laboratorio pasaría esa pequeña fracción de su tiempo realizando experimentos y analizando los resultados. Yo lo dedico a escribir códigos de programación que generen simulaciones de la neumonía. Tomo medidas que otros investigadores han publicado en la web y las incorporo en mis análisis, luego genero simulaciones que intento que se parezcan a lo que ocurre en el interior de los pulmones cuando una bacteria trata de infectarlos. Esas simulaciones me permiten investigar distintos escenarios, como situaciones en las que la infección se extiende muy rápido, y puedo averiguar cuáles son las causas de que ocurra", nos explica.

"También he trabajado en cáncer de colon y en melanoma", continúa. "Es un tema muy interesante, pero al mismo tiempo muy competitivo. Me suele gustar más dedicar mi tiempo a resolver preguntas que muy poca gente se ha hecho, porque ahí es donde se encuentran las soluciones más ingeniosas para los problemas de nuestra sociedad. Siempre me gusta mencionar el ejemplo del anatomista Leonard Williams que se dedicó a describir el organismo de los calamares. De entrada nadie habría apostado por que ninguno de sus descubrimientos fuese a aportar algo a la sociedad. Pero fue gracias a que descubrió un axón gigante en estos calamares que los investigadores Hodgkin y Huxley pudieron usarlo como modelo de estudio para abrir el campo de la neurofisiología, la cual ha proporcionado una parte significativa de los medicamentos que disponemos para muchas enfermedades hoy en día".

Un científico en el escenario

Porque un científico no ve ningún beneficio significativo en su carrera profesional si no dedica parte de su tiempo a ello.

"La divulgación científica es una de mis pasiones", nos cuenta Guido. "Y es gracias a esto que hago divulgación, porque un científico no ve ningún beneficio significativo en su carrera profesional si no dedica parte de su tiempo a ello". Guido cuenta entre sus experiencias haber participado en importantes proyectos divulgativos. ¿Por qué es tan importante? "Cuando estaba realizando la tesis fundé junto a unos compañeros de la Universidad de La Laguna una asociación que, en principio, estaba pensada para defender los intereses de los jóvenes investigadores, la Asociación de Jóvenes Investigadores de Tenerife [JINTE]".

"Pero entonces nos dimos cuenta que defender nuestra situación precaria pasaba por hacer entender a la sociedad la importancia de nuestro trabajo", continúa. "Y eso nos llevó de forma natural a dedicarnos a hacer divulgación científica. Fue entonces cuando me convencí de ello y empecé a realizar actividades como ferias científicas y cafés científicos en el marco de esa asociación". Su experiencia como divulgador lo llevó, posteriormente, a colaborar en el programa de radio Galaxias y Centellas de Canarias Radio La Autonómica, donde tiene una sección en la que desmiente mitos sobre ciencia en redes sociales.

Poco a poco, el "gusto" por la divulgación lo llevó a ir creciendo como divulgador. Su cenit, probablemente, fue llegar como semifinalista a FameLab, un concurso de monólogos científicos organizado en España por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el British Council con la colaboración de la Obra Social ”la Caixa”. "Famelab sí que dejó su huella para siempre en mí", nos cuenta.

"Esa experiencia con los monólogos científicos fue impresionante. Jamás había pensado antes que podría hacer un monólogo con el que haría reír a 800 personas. Pero lo mejor de todo fue conocer a un grupo de personas que estaba en la misma sintonía que yo", continúa el investigador, hablando de sus compañeros científicos y monologuistas. "Aún nos hablamos a diario a través de WhatsApp y muchos colaboramos con proyectos de divulgación. Sin duda ese hecho fue un punto de inflexión en mi trayectoria de divulgación científica. Me hizo entender que la ciencia sí que interesa".

Los secretos de un buen monólogo

¿Y cómo hace un investigador para convertirse, de repente, en un humorista y monologuista? ¿Cuál es el secreto? El de Guido, según nos explica, no es uno, sino muchos. De hecho, aprovecha la pregunta para darnos algunos consejos. "No soy monologuista profesional, pero durante esa experiencia aprendí un par de trucos que, junto a lo que ya sabía, me permite hablar un poco de lo que podría serles de utilidad a quienes quieran probar la experiencia", aclara.

"La clave está en tener claro cuál es el mensaje que quieres transmitir, comienza a explicarnos. "Intenta simplificarlo en una sola frase: 'solamente pican los mosquitos hembra', por ejemplo. Una vez la tengas debes crear una pequeña historia alrededor de esa frase.

Dicho esto, Guido comienza a enseñárnoslo con un ligero ejercicio práctico: "¿A que no sabes cómo evitar que un mosquito te pique?", comienza, "Es fácil, solamente tienes que averiguar si es macho o hembra…", continúa. "Puedes aprovechar para introducir más datos interesantes: 'de hecho las hembras no toman sangre para alimentarse, lo hacen para crear los huevos…'”.

“Y puedes terminar haciendo uso de los múltiples recursos que se usan en los monólogos, como el final circular: 'al final la mejor forma de saber el sexo es dejar que el mosquito te pique'”, finaliza su ejemplo.

Formatos en la divulgación para todos los gustos

Por suerte, a día de hoy encontramos numerosos formatos diferentes para hacer divulgación: vídeos, podcast, ilustración... Los monólogos son uno de ellos, pero Guido ha trabajado con más de uno en su carrera divulgativa. ¿Cuál es el más efectivo para hacer llegar la ciencia al público? "No tengo un formato preferido, aunque suelen gustarme los nuevos formatos, porque soy bastante innovador. No creo que haya ningún formato intrínsecamente más efectivo que otro".

"De hecho, creo que el principal problema con el que se enfrentan los divulgadores es que gran parte de los científicos y los legisladores no entienden que no existe un formato de divulgación óptimo", nos explica. "Muchas veces me he encontrado con enfrentamientos entre divulgadores porque cada uno tiene su propia visión de la divulgación científica". Sin embargo, continúa, "existen tantos tipos de divulgación científica válidos como tipos de público potencial".

"La mejor forma de acercar la ciencia a los adolescentes tendrá que ser necesariamente distinta a la que aspire a llegar a los adultos o los niños. Y así con cada forma distinta en la que podamos agrupar a la audiencia. Los dos únicos requisitos son que sea rigurosa y que genere interés", afirma.

¿Por qué es importante la divulgación científica?

Además de su periplo en FameLab, y las experiencias de las que ya hemos hablado, Guido también trabajas en otros proyectos como Quaerendo o Scenio, entre otros. ¿Qué tienen de especial? "Quaerendo es un proyecto de divulgación científica que creé junto a unos compañeros con el objetivo de disponer de una plataforma donde poder crear contenido de divulgación científica de forma libre".

"Este proyecto se mantiene a base del trabajo voluntario que le dedicamos", explica el investigador. "Intentamos generar al menos un par de vídeos interesantes al año. Lo que más me gusta es el personaje que hemos creado para acercar la ciencia: Watson es un títere que atrae mucho la atención del público. Es un formato poco frecuente, pero que hemos comprobado de primera mano que es muy efectivo como herramienta de divulgación".

La divulgación es necesaria porque los conocimientos científicos son lo suficientemente complejos como para requerir de una gran dedicación de tiempo y esfuerzo para poder entenderlos.

Scenio, por otra parte, es una plataforma promovida por la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco, en colaboración con Dinahosting, cuyo objetivo es facilitar la colaboración entre generadores de contenidos de divulgación científica en español. Guido es coordinador de dos de las categorías de esta comunidad, formando parte importante del equipo directivo. "Esta comunidad está creciendo gracias a que los pequeños creadores de contenido se están conociendo y se apoyan mutuamente", nos comenta. "La única forma de dignificar el oficio de divulgador es crear comunidad para mantener una presión coherente sobre los intereses comunes".

¿Por qué es tan importante la divulgación científica?, le preguntamos para acabar. "La divulgación es necesaria porque los conocimientos científicos son lo suficientemente complejos como para requerir de una gran dedicación de tiempo y esfuerzo para poder entenderlos". Para Guido, el papel del científico no es solo el de generador de contenidos, sino que puede decidir convertirse en un "traductor" de sus conocimientos. "Sin la labor del divulgador científico estos serían inaccesibles para la mayor parte de la sociedad".

"Siempre quedaría la posibilidad de confiar ciegamente en los científicos, pero una sociedad democrática tiene la responsabilidad de tomar decisiones sobre temas que le afectan directamente, como las técnicas de edición génica, el control ambiental o el desarrollo de nuevas formas de energía. Una sociedad ajena a la realidad científica está destinada a tomar las peores decisiones sobre cómo gestionar estos problemas".

 

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FameLab

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