A finales del siglo XVIII, la Revolución Industrial lo estaba cambiando todo en Europa. En 1788, Agustín de Betancourt y Molina viajó a Inglaterra para estudiar las máquinas de vapor de James Watt, que era el ingeniero más avanzado en este campo. Betancourt, fascinado por las posibilidades de esta nueva tecnología, no solo la reprodujo en España, sino que también la intervino para adaptarla a las necesidades industriales y mineras de nuestro país.
Uno de sus logros más destacados fue la instalación de una máquina de vapor en las minas de Almadén, en Ciudad Real, unas de las minas más antiguas del mundo y que por entonces eran las más importantes de la Península, lo que ayudó a mejorar la extracción de mercurio, un recurso fundamental para obtener oro y plata en América.
Betancourt, que según los registros era capaz de replicar una máquina con solo haberla visto, demostraba continuamente su capacidad de estudiar las innovaciones internacionales y adaptarlas al contexto local, aportando siempre su visión personal.
HOMENAJE AL BICENTENARIO DE AGUSTÍN DE BETANCOURT Y MOLINA Y MARÍA DE BETANCOURT Y MOLINA. Diseños divulgativos para recordar sus figuras y trabajos. Por Yambalaya Estudio.
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