Este año se ha celebrado la cuarta edición del Campus de la Ciencia y la Tecnología de Canarias, un evento cuya finalidad es despertar vocaciones y plantar las semillas de la ciencia del futuro.

Imagen: Campus de la Ciencia y la Tecnología de Canarias 2017.  Fuente:  Ciencia@ULL

Este es ya el cuarto año de celebración. Celebración de la divulgación científica, una fiesta realizada con los jóvenes estudiantes en el seno de la universidad, creadora de conocimientos. Hablamos, por supuesto, del Campus de la Ciencia y la Tecnología de Canarias 2017, un evento enmarcado dentro del Programa Acércate a la Ciencia y a la Innovación de la ACIISI, que cuenta con el apoyo de la Consejería de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento del Gobierno de Canarias y está organizada por las dos universidades públicas canarias. El Campus ha transcurrido durante las semanas pasadas, teniendo, como protagonistas a los alumnos de 3º, 4º de la ESO y bachiller de los centros canarios.

 

 

Desde 2014 inspirando a los jóvenes

"La idea que teníamos cuando concebimos el Campus era que los propios científicos de la universidad demuestren a los chicos lo que es hacer ciencia"

Ya van cuatro años consecutivos desarrollando esta importante iniciativa que permite a los jóvenes acercarse a la ciencia de una forma única y diferente. "La idea que teníamos cuando concebimos el Campus era que los propios científicos de la universidad demuestren a los chicos lo que es hacer ciencia". Estas son las palabras de Antonio Eff-Darwich, profesor en el Área Didáctica de las Ciencias Experimentales, miembro de Ciencia@ULL y Director del Campus de la Ciencia y la Tecnología, quien nos explica un poco mejor los entresijos del evento. "Todavía se lleva mucho el cliché de los científicos y científicas empollones; ese estereotipo. Para nosotros es importante hacer ver qué investigación se hace aquí en Canarias. Por otro lado, dentro de la Universidad de la Laguna existe una sección que se llama Ciencia@ULL en la que buscamos actividades de fomento de la actividad científica. Los campus de verano no son muy novedosos, los hay a miles. Pero nuestra idea era rebajar un poco el nivel".
 
Con esto, Antonio se refiere al público hacia el que va dirigido el esfuerzo del Campus, que no es otro que jóvenes de la ESO y bachiller. ¿Por qué estos cursos? "Queríamos enganchar a los chicos de 3º y 4º de la ESO porque en primero de bachillerato ya han elegido lo que quieren hacer", nos explica. "Muchos chicos, según sabemos por la experiencia del campus, van con una idea preconcebida de lo que es ser biólogo, o físico, o médico... y tras participa se dan cuenta de que no tiene nada que ver con lo que imaginaban". Antonio nos cuenta el duro choque que existe entre los conceptos existentes entre los jóvenes y la realidad científica: "tenemos casos sorprendentes en los campus. Por ejemplo, hay chicos que dicen -yo quiero ser médico, quiero estudiar el cáncer-. Claro, pero es que gran parte de ese trabajo lo hacen los biólogos o los farmacéuticos, no los médicos". Es este tipo de información el que tratan de explicar en el campus, con la intención de inspirar a los jóvenes desde un punto de vista realista y coherente.
 

"La ciencia en el siglo XXI no es sólo ser bueno en ciertas cosas, tienes que saber inglés, tienes que ser bueno hablando en público, tienes que trabajar en equipo…”

"La ciencia en el siglo XXI no es sólo ser bueno en ciertas cosas, tienes que saber inglés, tienes que ser bueno hablando en público, tienes que trabajar en equipo... esas son las ideas que les queremos transmitir en un ambiente relajado, que les permitan disfrutar y aprender lo que es en realidad la investigación en la universidad". Para los participantes y organizadores, explica Antonio, es importante darles nuevas motivaciones a los jóvenes que tienen interés a la vez que se le brindan oportunidades a las actitudes prometedoras, enfocando su esfuerzo. Del campus saldrán nuevas generaciones interesadas por hacer ciencia, con una experiencia más real de lo que se hace en un laboratorio, lo que permite que estos jóvenes se enfrenten a problemas en un entorno práctico, conociendo de primera mano en qué consiste la investigación.
 
 
Retos y proyectos para incentivar
Pero, ¿cómo se capta la atención de un adolescente con inquietudes científicas? El Campus de la Ciencia y la Tecnología de Canarias ofrece a los jóvenes el poder participar en dos modalidades, los proyectos de I+D y los retos científicos. "Los chicos pueden participar en el campus dos años. El primero, que está más orientado a los alumnos de tercero y cuarto de la ESO, consiste en entrar en contacto con un grupo de investigación y participar en el proyecto de dicho grupo. Si al año siguiente se reenganchan, lo que hacemos es proponerles un reto, ir un poco más allá". Los alumnos han tenido la oportunidad de participar este año en cuatro temáticas distintas: Biomedicina y salud, Energía, Biodiversidad y Medioambiente, TIC y Computación, Ciencia y Sociedad. Dentro de estas temáticas, los retos propuestos han sido dos: "Uno en astrofísica, sobre asteroides, y otro con la Plataforma Oceánica de Canarias, trabajando en el diseño de un robot submarino". De esta manera se incentiva a los alumnos a ir un poco más allá, incentivando al mejor proyecto con un premio.
 
Así, en los grupos de investigación se muestra a los chicos cómo se trabaja en ciencia, se les familiariza con los laboratorios y la metodología en un entorno controlado. En los retos científicos, se les propone una idea sobre la que tienen que trabajar utilizando los conocimientos adquiridos durante el año anterior. "El proyecto de investigación va muy dirigido, haciendo incluso algunas de las prácticas que realizan los alumnos universitarios. En el reto ya se les deja solos, tutorizándolos y siguiéndolos, pero tienen mucha más libertad". Dichos retos están fijados desde el principio, antes de que comiencen el campus. Así, el año pasado los retos fueron diseñar un robot y una silla autónoma para personas discapacitadas. "Van cambiando según los grupos de investigación que participen. Ten en cuenta que estos grupos participan sin cobrar ni recibir nada a cambio, en julio, dando clase... es un esfuerzo considerable para los investigadores", explica el director.
Imagen: Campus de la Ciencia y la Tecnología de Canarias 2017.  
Fuente:  Ciencia@ULL
 
Aunque por el momento parece que no ha habido ningún problema para cerrar los grupos. La variabilidad de la temática permite a los alumnos experimentar diversas materias, tal y como nos explica Antonio: "en medicina incluso vieron una autopsia real o diseccionaron el ojo de una rata, en arte se les guio para que hicieran una escultura con diversos tipos de técnicas... se les guía para que ellos sientan que están participando realmente en un proyecto de investigación". De esta manera, los alumnos tienen la oportunidad de ponerse cara a cara con la disciplina que les gusta (o que creen que les gusta) evaluando si realmente ese es el camino que quieren escoger. "Lo más destacable en general es como se dan cuenta del potencial que tienen las disciplinas que abordan y que no se esperaban que fueran así". De esta manera, se despiertan auténticas vocaciones desde la nada.
 
 
El papel de la divulgación
En la universidad se genera el conocimiento más puntero de nuestra sociedad. Pisar los servicios e instalaciones universitarias es una experiencia única para cualquiera que tenga la oportunidad de acercarse a las instalaciones. Para los alumnos, esto supone la diferencia en su futuro. "Lo que más les sorprende es ver el servicio general de la universidad: el microscopio electrónico, el astrofísico o química con tanto matraz y tubos de ensayo. Tienen todavía esa mentalidad como de película". Para Antonio, todavía existe en la sociedad una gran cantidad de gente que ve la universidad como una especie de círculo hermético sin conexión con la realidad. Pero en realidad, tanto lo que se hace dentro de la universidad como los propios investigadores son parte de la sociedad, gente común y corriente con trabajos corrientes a la par que extraordinarios.
 

"Los investigadores, por su parte, se involucran muchísimo. Porque queremos que la gente sepa lo que realmente hacemos aquí, algo que tiene impacto real en la sociedad"

El papel de la divulgación, de proyectos como los campus científicos, consigue romper con ese mito. "Implicamos tanto a los estudiantes como a las familias para que conozcan la universidad", explica el director. "Los investigadores, por su parte, se involucran muchísimo. Porque queremos que la gente sepa lo que realmente hacemos aquí, algo que tiene impacto real en la sociedad". La empatía generada entre los investigadores y los niños es muy positiva para ambas partes. Y el resultado de la divulgación que se hace es muy positivo, tal y como puede apreciarse en estos cuatro años de participación creciente. Una participación que puede que cristalice en los investigadores del futuro, gente normal y corriente que lucha por hacer este mundo un lugar un poco mejor.
 
 
 
 
Imagen: Campus de la Ciencia y la Tecnología de Canarias 2017.  Fuente:  Ciencia@ULL
 
 
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