La nutrición parece sencilla. Pero no es cierto. Entender sus pormenores es la clave para comprender por qué esta disciplina es tan compleja y crucial para la salud.

Imagen: Frutas. Fuente: Pedro Valle Luna, Flickr
 
A día de hoy existe una gran cantidad de información nutricional en las redes. Podemos encontrar desde consejos de expertos a análisis detallados de los valores nutritivos de los alimentos. Incluso es fácil buscar por Internet artículos científicos al respecto de dietética y nutrición. Pero claro, entre tanta información ¿qué es real y qué no? Parece mentira, pero hablar de nutrición no es nada sencillo y puede resultar muy confuso. ¿A qué se debe esto y qué podemos hacer al respecto?
 
 
Biología, la gran culpable
 

"La culpable de que sea tan complicada no es sino nuestra fisiología y la biología de los elementos que nos acompañan"

Existe una tremenda dificultad en el mundo de la nutrición. No existe más que vagas generalidades y una dieta no funciona de la misma manera para dos personas. La culpable de esto no es sino nuestra fisiología (cómo reacciona nuestro cuerpo) y la biología de los elementos que nos acompañan. ¿Por qué? Muy sencillo, en primer lugar nuestro cuerpo es una máquina casi perfecta que trabaja con unos niveles de autorregulación exquisitos. Gracias a estos, a los sistemas de homeostasis y los ciclos metabólicos, nuestro cuerpo se regula como un reloj. La más mínima variación en uno de ellos desencadena un cambio en toda la cadena para poder mantenernos vivos y sanos.
Scherichia coli,
uno de los organismos más comunes de nuestra microbiota interna.
Fuente: Wikimedia.
 
 
Además de precisos, estos ciclos son particulares. Se han creado en base a la vida da cada uno de nosotros. Por eso, aunque la base es la misma, ninguno es igual. Y es que poseen millones (literalmente) de variables en los que cada ciclo es único y particular. Pero ahora bien, eso no es todo. Además de nuestra propia biología, nuestra nutrición también depende de unos microorganismos invitados.
 
Sí. Nosotros, como todos los animales "superiores" convivimos con un montón de bacterias. Éstas se encuentran en nuestro tracto digestivo, en nuestra piel, en nuestra boca... Pero más allá de lo inquietante que pueda parecer, su presencia es necesaria.
 
Nuestra microbiota, que así es como se llama al conjunto de microorganismos con los que convivimos, vive en simbiosis con nosotros: ellos sobreviven y se sienten seguros en nuestro cuerpo y a cambio nos ayudan. Por ejemplo, tiene misiones tan vitales como proteger nuestra piel de otros microorganismos o, en el intestino, procesar algunas vitaminas esenciales (como la vitamina K o la B). Estos microorganismos forman una parte integrada de nuestro procesamiento nutritivo. De esta manera, cualquier cambio en su composición termina repercutiendo en nuestra salud de una manera u otra. Es más, nuestro comportamiento, nuestro día a día, también repercute en ellos. A veces de manera drástica, de manera que termina afectándonos.
 
No existen las dietas milagro

"Las dietas milagro no existen. Una misma dieta no funciona siempre igual para dos personas."

Si entendemos, entonces, que existe un número tan sumamente grande de cuestiones que hacen que cada uno de nosotros seamos, literalmente, un mundo diferente, comprenderemos fácilmente por qué las dietas "milagro" no existen. La cuestión es muy sencilla: una misma dieta no funciona siempre igual para dos personas. Es más, estas dietas milagro explotan creencias pseudocientíficas y ponen en peligro la salud. Por mucha defensa que hagan supuestos "nutricionistas" e incluso algunos "médicos" al respecto, una dieta ha de ser siempre personalizada y ajustada a cada cual.
 
Por supuesto, existen ciertas generalidades. Pero estas son tan amplias y vagas que permiten englobar a prácticamente todos los humanos. Pero eso implica también que no pueden velar por resultados concretos. Es decir, es bueno comer cereales y legumbres para estar sanos. Pero no podremos decir que una dieta sirve para adelgazar, en concreto, si no miramos a quién se la estamos proporcionando. Es muy, muy, muy importante huir de estas dietas milagro que frivolizan la nutrición y que, usualmente, ni siquiera tienen en cuenta el hecho de que somos mucho más que unas máquinas precisas, sino microcosmos del que muchas otras especies dependen de nosotros a la par que nosotros de ellas.
 

Nutrición canaria
No obstante, como ya hemos dicho, sí podemos encontrar ciertas generalidades que ayudan a disfrutar de mejores oportunidades de salud. La gran mayoría de ocasiones estas generalidades obedecen a estudios de ciertos alimentos o ciertos procesos metabólicos concretos. Por ejemplo, recientemente se publicaba una interesante noticia con respecto a los consumidores de gofio. Tras un estudio con más de mil pacientes, el Hospital Universitario de Canarias llegó a la conclusión que las personas que han pasado toda su vida comiendo gofio de una forma equilibrada presentan una mayor funcionalidad y menos problemas de corazón.
 
 
 
 
Piedra para moler gofio. Fuente: Wikimedia
 

"Las personas que han pasado toda su vida comiendo gofio de una forma equilibrada presentan una mayor funcionalidad y menos problemas de corazón"

 
Esto, que es una buena noticia, es también una generalidad y no ha de tomarse a la ligera. En primer lugar, volviendo a lo que hemos dicho antes, este es solo un estudio que habla de una cuestión abierta. También es un estudio muy concreto dentro de un ambiente especial: la nutrición canaria. Por su inigualable situación, la nutrición canaria, mezcla de una dieta mediterránea con introducciones foráneas y algunos aspectos propios, se caracteriza por ser muy sana.
 
Bajo este prisma, y con el acceso a la información que tenemos, es muy positivo poder consultar con nuestro doctor; o incluso acceder a algunas recomendaciones de asociaciones de nutrición locales, nacionales o internacionales. Éstas son el mejor lugar para encontrar las pautas más certeras de alimentación sin caer en pseudociencia ni dietas perjudiciales. No obstante, y volvemos a la generalidad, precisamente en las islas uno puede estar contento con su alimentación pues se parte de una base sólida y sana.
 
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