Los increíbles sistemas binarios, con dos o más estrellas, son entidades estelares hermosas y fascinantes. Razones más que adecuadas para buscarlas y “coleccionarlas” ávidamente.

 

El cielo nos brinda la posibilidad de disfrutar del sol todos los días. Pero allá arriba existen mundos donde no solo hay un sol sino dos. O tres. Incluso cuatro o más. Son los conocidos como sistemas binarios, maravillas del universo que dan lugar a fenómenos y comportamientos únicos en todo el espacio. Y su detección es siempre momento de júbilo. Así lo saben los astrónomos de las Islas, quienes entienden la cantidad de datos que arrojan estos cuerpos al ser descubiertos. Y de hecho, especial mención hay que hacer a un vecino de Vecindario, en Gran Canaria, cuyo amor por las estrellas ha conseguido que descubra ya más de 70 cuerpos binarios en el cielo.

 

Un firmamento con dos soles

Las estrellas binarias fueron conceptualizadas a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Desde entonces, los astrónomos profesionales y aficionados no han hecho más que jugar con la idea, imaginando un cielo con dos o más soles. Pero también un complejo sistema de planetas y astros orbitando a su alrededor. ¿Cómo funcionaría? ¿Cómo se crearía? ¿Cómo se vería? A día de hoy tenemos respuestas a la mayoría de las preguntas.

Un sistema binario, que como decíamos puede tener dos o más soles, se forma en el universo, normalmente, de la misma manera que una estrella normal. Pero en su caso, son dos puntos los que atraen el polvo que terminará formando la estrella. Existen numerosas variaciones y fenómenos que pueden variar la composición. Normalmente, las estrellas binarias están muy cerca la una de la otra, de manera que todo lo que orbita a su alrededor lo hace en torno a un centro de masas único en el que a veces puede verse como uno de los soles eclipsa al otro. En estos cuerpos también hay días y noches, claro.

Pero existen otros sistemas binarios, más raros, cuyas estrellas flotan más alejadas la una de la otra. En estos, el movimiento de los cuerpos que los rodean es más complejo y existen lugares en los que apenas se pone el sol. Los exoplanetas, planetas fuera de nuestro sistema solar cuyos firmamentos están coronados por estrellas binarias son muchos más de los que podríamos pensar.

 

Sirio A y B en eclipse estelar. Fuente: Wikimedia

Cazando estrellas desde una terraza

Israel Tejera lleva ya varios años haciendo esto. Sube a su terraza y aprovecha el lugar privilegiado en el que se sitúan las Islas para cazar estrellas. Hasta la fecha ha conseguido encontrar más de 70, de las cuales muchas han sido publicadas en diversas revistas científicas. Algunas de sus estrellas, incluso, se encuentran ya catalogadas dentro de la lista de sistemas binarios de Washington, un catálogo universal y público usado a nivel mundial.

Algunas de estas estrellas ha sido motivo de interés para numerosos astrónomos, quienes pueden usar los datos de Israel para seguir investigando y desvelando nuevas piezas del cosmos que observamos. Los sistemas binarios tienen un especial interés debido a que son una fuente excepcional de datos. De las más de 123.000 estrellas recogidas en el catálogo de Washington, las estrellas de Israel están bautizadas con sus iniciales, ITF, de manera que reconocerlas es especialmente fácil.

Entre sus hallazgos se encuentran dos increíbles sistemas con tres soles, todo un trofeo dentro de su colección. Para hacerlo, Israel solo necesita su telescopio reflector Cassegrain y un programa que le permita hacer el correcto seguimiento. Su dedicación ha sido entrenada únicamente por su voluntad. Israel es un vecino normal y autodidacta, pero con una colección que puede verse desde todas las partes del mundo.

 

El nombre de las estrellas

Pero solo con encontrarlas e identificarlas no es suficiente. Queremos que todo el cosmos tenga nombre, incluyendo los extraordinarios sistemas binarios. Por eso, lentamente, los científicos van bautizando las estrellas. Y es una tarea verdaderamente grave ya que los nombres se mantendrán durante mucho tiempo después de su elección. Es una tarea que ha de responsabilizarse con el futuro. Y para tamaña empresa no hay nada mejor que la Unión Astronómica Internacional.

Este gran panel de expertos es el encargado de velar por la correcta decisión tanto de los nombres como de las clasificaciones. Para ello, un panel de científicos es consultado. La decisión no es aleatoria sino que existe información precedente así como costumbres. El objetivo es evitar que los nombres pasen al olvido en el futuro.

Tradicionalmente los nombre de dioses griegos se atribuían a las estrellas mientras que los romanos eran para los planetas. Hoy día existe una mezcla multicultural donde cualquier deidad de cualquier creencia puede ser escogida. Pero además, también existe la posibilidad de nombrar cuerpos celestes con nombres de la cultura popular. Películas y libros comienzan a ser los protagonistas actuales de los nombres.

Por otra parte, la Unión Astronómica también se encarga de comprobar la aceptación de los cuerpos celestes en los catálogos así como de promocionar y hacer llegar el conocimiento astronómico a la sociedad. Y es que todo trabajo es poco a la hora de honrar a las estrellas, sean binarias o no, que iluminan nuestros cielos.

Simulación de un sistema binario de tres estrellas. Fuente: Wikimedia

 

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